Me llamo Marina, soy psicóloga y lo primero que quiero contarte es lo siguiente:
Mi forma de trabajar igual no te sirve.
Nada es para todo el mundo.
En química servirán las fórmulas; en psicología no.
Si supiera dónde está el botón secreto que hace que todas y cada una de las personas sean inmediatamente felices, estaría ya en una isla privada tomando cocolocos.
Así que te va a corresponder a ti usar tu criterio y tu experiencia para valorar si lo que enseño funciona.
Recibe de inmediato el micro-ebook Por qué te crees tus excusas y cómo dejar de hacerlo.
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Si no lo ves claro aún, déjame que te diga algo:
¿Sabías cuál es la razón número uno por la que la gente se paraliza y no cambia (aunque sepa bien lo que tiene que hacer)?
Hay algo mucho más importante que te puede amargar la vida si no lo identificas y neutralizas.
Ya te he dicho que soy psicóloga, es decir: que me paso el día leyendo y pensando sobre cómo llevar una vida mejor.
Pero hace unos años me atasqué.
Me hacía propósitos a principios de cada año, cada mes y cada semana…
… y al terminar había cumplido un tercio o menos.
Siempre eran los más fáciles.
Los que tenían el potencial de marcar la diferencia y eran, por tanto, más difíciles, se quedaban para luego.
Mi vida era el día de la marmota. Los días y los meses se parecían mucho. Siempre luchaba contra los mismos obstáculos.
Así que me senté y me pregunté seriamente:
Me di cuenta de que no tenía miedo. Ni siquiera era culpa de mi autoestima.
El culpable era el enemigo número uno del cambio: las excusas.
PERO (y es un pero importante):
Si fuera tan fácil como no creerte tus excusas, no habría problema.
La cuestión es que cuando esas excusas aparecen...
… no nos damos cuenta de que están ahí.
Porque en nuestra mente no son excusas, sino razones.
Tienen todo el sentido del mundo.
Si querías ir al gimnasio pero estás cansada, no te parecerá una excusa, sino una razón legítima.
Así es como te propones cambiar... y luego te convences para seguir igual.
Una y otra vez. Una y otra vez.
Hasta que no identifiques tus excusas como tales (y no como razones lógicas y con sentido), no podrás desactivarlas y el cambio que deseas no llegará.
Te perderás los grandes tesoros de la vida. Las recompensas que están solo al alcance de esa minoría capaz de actuar sin dejarse distraer por su mente.
Esto no va de convertirse en una mezcla entre Buda, Elon Musk y Serena Williams.
Esto va de que dejes de autosabotearte y puedas por fin descubrir lo que quieres tú y conseguirlo.
Habrá días en que sea mejor que no vayas al gimnasio y descanses.
Pero otros (la mayoría) no estarás haciendo más que tirar piedras a tu propio tejado.
¿Cómo distingues una situación de la otra?
Hay una pregunta muy clara que puedes responder en unos segundos y que te dará una respuesta contundente, un sí o un no.
Nada de reflexiones sesudas ni largos tests. Una sola pregunta, una, para desenmascarar a tus excusas de inmediato.
Si quieres saber cuál es, suscríbete y te envío GRATIS el micro-libro Por qué te crees tus excusas y cómo dejar de hacerlo.
Es muy cortito para que no te dé pereza leerlo.
Te pones un café y en cinco-diez minutos estás mucho más cerca de conseguir lo que quieres en el área que sea (salud, relaciones, trabajo, hobbies…).
Además, todos los días te mando un mail divertido, útil y realista para que dejes de acumular información y pases a la acción.
Mis mails son cortos, también a prueba de pereza. La gente me dice que se ríe mucho con ellos.
Por ejemplo, esto me lo escribió Eva, una suscriptora:
Jajajajajaja….. Yo creo que te inventas las historias!!!!!!
Me encantas Marina, es una gozada leerte. Y eso que estás todos los días en el buzón, que normalmente doy carpetazo a estas cosas, pero es que son historias cortas y divertidas… Molan mucho…. Gracias.
Y esto Ana, otra suscriptora más:
Yo trabajo todo el día y me pongo a estudiar al llegar de currar (desde las 8 de la tarde hasta eso de la 1-2 de la madrugada) y todas las noches justo antes de dormir le echo un vistazo al correo para leer el tuyo.
Muchos de los días das en el clavo (en el que a mí me viene bien, claro, jajajaja).
Aparte de que escribes muy bien y me voy a la cama con buen sabor de boca, tus correos me han ayudado muchísimo.
Después de esta parrafada (sorry) te doy las GRACIAS
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Si prefieres saber más sobre mi trabajo, aquí puedes leer mi blog.
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