¿Cómo sería tu vida si actuases en cada momento con la convicción firme de que eres suficiente?
A menudo resulta difícil contestar a esta pregunta porque no tenemos muy claro el concepto. “Suficiente” era la nota que se ponía en el colegio a los que aprobaban raspado, y no queremos aprobar raspado. Queremos sacar el máximo de nuestra vida y mostrar a otros lo que hemos conseguido. Queremos ser Más y Mejor.
Quizá sea buena idea empezar con un ejemplo. ¿Cómo actuarías si sintieras que tienes el atractivo suficiente? ¿Que tu cuerpo es lo bastante bonito como para encajar en los cánones de belleza, y tu cara es lo bastante hermosa como para que el objeto de tus deseos suspire al verte? Quizá actuarías con más seguridad. Te moverías desde el valor, y no desde el miedo. Dejarías de perder energía en dietas, cremas y tratamientos de belleza. Tendrías libre más tiempo y más espacio mental.
¿Y si sintieras que tienes suficiente dinero? ¿Que llegas de sobra a final de mes sin tener que pasar la última semana comiendo arroz? Quizá lo primero que harías sería comprar un regalo a alguien que quieres, o darte un capricho. De nuevo, no sería el terror a quedarte sin nada lo que movería tus acciones, sino la generosidad y las ganas de cuidarte a ti y a otros.
Creo que uno puede cultivar una sensación de suficiencia más íntima y general, que abarque todas las dimensiones de nuestra vida y no nos obligue a estar siempre comparándonos con otros y midiendo lo que hemos conseguido. Y creo que eso es valioso por la satisfacción que nos proporciona y la forma en que nos hace actuar. Con generosidad. Con valor. Como si ya hubiéramos llegado a ese lugar al que llevamos toda la vida intentando ir.
Suficiente-mente: ¿hace falta que tu cabeza está convencida?
Si llevas un tiempo leyendo Psicosupervivencia, ya sabrás que aquí de la mente nos fiamos lo justo. No en vano, el eslogan dice: “Que tu mente no acabe con tu vida”. En este blog creemos que los pensamientos no son la realidad: son trocitos de lenguaje, historias que nos contamos a nosotros mismos y que varían a menudo. Pueden tener algo de verdad, pero no son la verdad. Por eso, cultivar un sentido de suficiencia desde la mente puede ser un trabajo agotador y poco útil.
¿Qué quiero decir con “cultivar un sentido de suficiencia desde la mente”? Me refiero a engancharse en una de esas conversaciones sin fin en las que los pensamientos positivos luchan con los negativos como en una partida de ajedrez. Nuestra mente se divide en el angelito y el diablo y nos dedicamos a escuchar cómo hablan mientras el mundo sigue girando sin que le hagamos caso.
Un ejemplo de estas conversaciones-partida de ajedrez podría ser:
Diablo: eres una patata, no vales para nada, no eres buena madre, no duermes suficiente, tienes la piel seca, deberías dejar de fumar y llevar el coche a revisión cuando le toca.
Angelito: pero Psicosupervivencia dice que soy suficiente, así que debo de serlo. Soy buena persona y me esfuerzo por mejorar. Soy buena amiga/madre/trabajadora, mi hijo saca buenas notas, se me da bien la fotografía, mi perro me quiere.
Diablo: pero si te comparas, por ejemplo, con Natalie Portman… ¡eres basura! Ella es lista, guapa, elegante y famosa. También es vegetariana y sensible, y apuesto a que pasa más tiempo con su hijo que tú. Mientras Natalie Portman exista en el mundo, las demás mujeres pasan automáticamente a la categoría de chimpancés.
Angelito: seguro que Natalie Portman también tiene sus problemas, ¡es un ser humano! Y algún día envejecerá y morirá como todos los demás.
Diablo: probablemente a Natalie Portman la edad le sentará bien, como el pelo rapado.
Además, esa no es la cuestión. La cuestión es que tú no te estás esforzando lo suficiente para desarrollar todo tu potencial como ser humano, y estás desperdiciando los valiosos segundos de tu vida en ver “Sálvame”.
Y así durante eones. Perdiendo un tiempo que podrías pasar tomando café con un amigo, haciendo punto o, por qué no, viendo “Sálvame”.
Ahora imagínate que gana el angelito. Que realmente llegas a un punto en que te has convencido al 100% de que eres suficiente aquí y ahora. El diablo está llorando en un rincón, aplastado por tus argumentos como el abogado perdedor en un juicio americano. ¿Qué pasa ahora?
Pasa que no va a durar. Porque esa convicción no deja de ser una creencia, una historia, y las historias cambian. Nuestra tendencia a pensar de forma positiva, o nuestra capacidad para gestionar los contenidos negativos de nuestra mente, se ven influidas por los acontencimientos, las emociones o el cansancio. Todos tenemos días en los que pensamos que somos un desastre.
Y si te crees a tu mente cuando te dice que eres suficiente, ¿por qué no ibas a creerla cuando te dice que no lo eres?
¡Oh, no! ¿Qué hacemos entonces?
Si convencerse a uno mismo no sirve de nada, ¿cuál es la solución? ¿Hemos llegado a un punto muerto en el que nunca podremos estar satisfechos con el presente?
Es algo que yo aún no tengo 100% claro, lector. Pero pensando y leyendo sobre el tema, mi conclusión preliminar es esta: quizá sentirse suficiente no es una cuestión de estar convencido, sino de ser consciente. De sentir la suficiencia en el ahora, momento a momento, y de hacer que esos momentos cada vez sean más frecuentes.
No tenemos un botón de suficiente, así que opino que la mejor opción es ir probando con distintas estrategias y buscar las que nos sirvan mejor en el día a día. Aquí van tres, para empezar.
1. Siéntete suficiente momento a momento.
Pienso que el presente es como agua. Si intentas agarrarlo con las manos, estrujarlo y darle la forma que quieres, se te escapa, lo salpica todo y no te queda nada al final. Quizá la solución sea abrir en nuestra conciencia un espacio tranquilo, como un vaso vacío: entonces el presente llena ese espacio y podemos contenerlo entero. No hay tensión. El agua no puede ser más líquida ni más H2O de lo que es.
Si piensas que se me ha ido la cabeza y que estoy lista para mudarme a un monasterio, ¡quédate conmigo, jipi! Lo único que quiere decir esto es que en la mayoría de los instantes, si dejamos de luchar con la tensión que generan nuestras expectativas y fantasías, y aceptamos las cosas como son, nos daremos cuenta de que el momento en sí está bien. Es suficiente.
Por ejemplo: ahora son las once de la mañana y estoy sentada en la mesa de la cocina, escribiendo este artículo. Estoy pensando en el concepto de suficiente, claro, pero si paro un segundo y escucho a mi mente, oiré algo parecido a esto:
“Los platos del desayuno aún están en el fregadero. Debería levantarme y meterlos en el lavavajillas, y de paso poner la lavadora, aunque si pongo la lavadora ahora va a hacer ruido y no podré escribir. ¿Qué es ese ruido, por cierto? ¿Un perro? ¡Por Dios, que alguien calle a ese perro! Son las once y pico, ya tendría que haber terminado el artículo. Y encima tengo hambre. ¿Como algo, o se me quitará el hambre para el almuerzo? Después queremos ir a escalar, y no quiero sentirme muy pesada. Me pregunto si hará buena temperatura. Dentro de poco ya no podré probar la vía que estoy intentando porque hará demasiado calor. Y Pablo ya la ha encadenado. ¡Me da rabia que encadene antes que yo! Son sus superpoderes veganos. Nunca se cansa, ni tiene agujetas, ni le entra frío. Yo soy débil. Nunca podré escalar nada duro. ¡Uy, un mail nuevo! Soy un desastre, ya tengo otra vez la bandeja de entrada hasta arriba. En serio, ¿qué le pasa a ese perro?”
Fijaos en la cantidad de insatisfacción que puede comprimir la mente en treinta segundos. ¿Por qué? Porque tu mente no te quiere satisfecha: quiere que te muevas, que te levantes y hagas algo, que escales más duro y comas y friegues los platos y caces y reproduzcas tus genes.
Si respiro hondo y miro de verdad lo que tengo a mi alrededor, de verdad, esto es lo que veo: estoy sana, tranquila. Sentada en mi casa, segura y cómoda. La gente a la que quiero está bien. Estoy trabajando en algo que me importa. Este momento está bastante bien tal y como está.
Ni siquiera tienen por qué ser pensamientos. No caigas en la trampa de dar razones a tu mente, porque ella encontrará razones en el sentido opuesto. Simplemente, respira y siente que eres suficiente y que tu vida, aquí y ahora, también lo es. Es mucho más fácil de lo que parece. Salvo excepciones, como quizá la consulta del dentista, puede hacerse muy a menudo.
[Se me ocurre que, con el tiempo, uno quizá pueda sentir que son suficiente incluso los momentos desagradables. Igual que cuando en una postura incómoda de yoga, o de escalada, respiras y sonríes, tratando de relajar la tensión. Y te das cuenta de que no es tan terrible, porque esos momentos también son necesarios para avanzar. Pero es solo una hipótesis.]
2. Sumérgete en la acción
Esto lo he sacado de un post de Leo Babauta. En él nos dice que cuando nuestra cabeza se ponga a preguntarse si soy un copo de nieve lo bastante especial y si estoy dejando una huella significativa para que la recuerden mis descendientes, pasemos de ella y la dejemos estar. Y que simplemente empecemos a hacer algo. A ser posible, algo creativo que amamos.
Puede ser escribir, dibujar, leer, programar, coser, hacer yoga, cuidar de nuestro jardín. No importa si solo tienes cinco minutos. Empieza. Haz algo. Establece una intención: estoy haciendo esto por amor hacia mí mismo, por compasión hacia los demás, porque tengo un compromiso con ello. Y después, simplemente, hazlo. Sumérgete en la actividad, y verás como la vocecita preocupada por si eres lo bastante especial se calla, distraída, porque lo que estás haciendo en la vida real es mucho más interesante.
3. Siéntete suficiente para otros
A menudo, es más fácil ser suficiente para los demás que para uno mismo. Hay personas para las que nada es bastante y que vuelcan sobre nosotros su crítica y su resentimiento: aléjate de ellas y piensa en esas otras personas para las que sí puedes ser suficiente hoy.
Tu tía abuela, que siempre se pone contenta cuando la llamas por teléfono, aunque haga un montón que no hablas con ella.
Tu hijo, para quien eres sencillamente perfecta.
Los lectores de tu blog, que siempre son agradecidos y amables con tu trabajo.
Cualquier amigo o amiga a quien quieras escuchar, que va a disfrutar una oportunidad de hablar un rato de sí mismo.
El debate de si lo que hacemos por los demás es generoso o busca solo hacer que nos sintamos mejor es una pérdida de tiempo. ¿No pueden suceder las dos cosas? ¿No podemos hacer sentir bien a otros y también a nosotros mismos? Así ganamos todos. Hacer algo por los demás puede ayudarte a cultivar una sensación de suficiencia y valía basada en hechos, y no en pensamientos positivos o en frases inspiradoras.
Esta es mi aportación. Espero que pueda servirte. Eres suficiente, jipi. De verdad. Y que hayas leído este artículo hoy, que te hayas tomado este rato para dedicarte a ti mismo, también lo es. Gracias por compartirlo conmigo 🙂
A ver si un día te puedo escribir con calma, tanto twitter y tanto leerte… de momento, repito: gracias gracias!!
Hoy tomo nota de tus palabras. Las necesitaba. Gracias.
Hola Marina! Me encanta que hayas vuelto a iluminar mi bandeja de entrada 🙂 Este post es lo más real que he leído últimamente. Ayer hizo buen tiempo en mi ciudad (algo totalmente inusual) y cuando salí a dar un paseo por la tarde me dije: «debí haber estado fuera todo el día en lugar de solo por la tarde, ya que estos días no suelen ser muy habituales y hay que aprovecharlos al máximo». Y luego pensé: «pero si está de lujo el paseito que estoy dando, ver el atardecer, y haber podido disfrutar medio dia en casa descansando y otro medio pasando». Le has puesto nombre a mi pensamiento: es suficiente. Mil gracias Marina!
¡Me alegro, Elisa! Entiendo lo que dices: estás en un buen momento y algo te dice que deberías querer MÁS… y de paso invalida todo lo que has hecho en su lugar: quizá quedarte en casa, descansar, leer…
Creo que «suficiente» es, definitivamente, un buen nombre para tu pensamiento.
¡Abrazos!
Realmente apropiado, llegas con las palabras en el momento justo!
Gracias! Un abrazo, tu también eres suficiente!
¡Gracias! Abrazos 🙂
Gracias por este post. Me hace bien reflexionar sobre mi suficiencia. Sobretodo porque las propias exigencias pueden ser agotadoras. Para mí, la aceptación plena de uno mismo en el ahora, es una fuente de calma muy provechosa.
Gracias!!! Yo también pienso que los malos momentos nos ayudan a mejorar, claro que si!!
En el instante mismo en que abrí gmail me estaba sintiendo más insuficiente que nunca. Gracias por la palabra justa en el momento preciso. 🙂
Rocío
Marina una vz mas gracias espero q algun dia podamls hacer ta to ppr ti como tu hacs por nos.. Cada palabra ayuda a seguir reflexionando d manera constructica y positiva cada momento d bajon q unonpuede llegar a tener bueno casi cualkier momento jaja pero … Te considero suficiente tambien
Dentro de mi tiempo lo he leido y te aseguro que me toco parecia echo para mi que yo muchas veces tengo que ayudar a los hijos con los nietos y no tengo tiempo para mi .Saludos Marina
Hola! Yo añadiría una opción mas, escuchar música. Al menos a mi me pasa que suelo conectar con la música que pongo lo que me permite aceptar más lo que esta ocurriendo realmente o verlo desde otros puntos de vista, aunque no se si se podría aplicar a lo que expresas.
En concreto, este post me ha recordado dos canciones de Bon Jovi. Las comparto porque creo que enfocan mas o menos lo que se habla y podrían ayudar, aunque no seas creyente (yo tampoco lo soy, pero igualmente me ayudan a conectar con el ahora):
https://www.youtube.com/watch?v=RCLy4aebvnE
https://www.youtube.com/watch?v=w3zcypsjO8o
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https://www.youtube.com/watch?v=S-88lY2GlxE
Que vaya bien!
Creo que, en general, todo lo que nos ayude a conectar con el momento presente y sentirnos satisfechos contribuye a esta sensación de «suficiente».
Gracias por la idea y las canciones, Pedro Pablo! Un abrazo.
hola marina, llevo tiempo buscando un moemnto para escribirte y agradecerte todos tus escritos y el minicurso. lo que mas me gusta de ti es que eres real, con tus dias buenos y tus diss malos. que no todo es happy flower. no solo me leo lo tuyo sino que me meto en cada uno d elos links que propones. ando perdidiiiiiiisima por la vida….. a mis amigas de broma siempre les digo , joder me gsutaria ser tonta, no pensar tanto….y ser mas superficial… reirme mas de la vida…. y no se , simepre esty maquinandooooo…. es horrible! en fin , lo dicho , muchas gracias marina. un besote
A ti, Martuki!
No culpes a tu inteligencia 😉 Una mente poderosa es como un caballo: fuera de control nos hace daño, pero bien entrenado nos puede ayudar mucho y llevarnos lejos (perdón a los defensores de los animales aquí xD).
Abrazo y gracias por comentar.
Gracias como siempre. Mañana comienza otra nueva etapa después de año y medio desempleado., que no parado. Increíblemente, estoy tranquilo, aunque mi jodida mente no para de darme caña. Duro con ellos, que son pocos y cobardes! 😛
Nuestra mente nos encumbra, nuestra mente nos hunde. Por eso la reflexión nos ayuda a esquivar esas zancadillas mentales. Y tus palabras, una vez más, invitan a la reflexión. Aceptación, acción, altruismo bien entendido… A veces consigo olvidarme por unos instantes de mí mismo, y no me siento nada mal.
Por cierto, yo sí que he encontrado un par de fotos en que Natalie Portman sale fea…
Ya, pero la Portman fea está mejor que yo en mi mejor día, así que passsooo… Además, pobre, en realidad no hay necesidad de sacarle defectos para sentirnos mejor 🙂 Ella también es suficiente.
Olvidarse de uno mismo es a menudo la mejor receta para sentirse más satisfecho con la propia vida, totalmente de acuerdo.
Abrazos!
Oh Marina… gracias… Tus textos son siempre suficientes plus! Me he sentido suficiente al terminarlo y algo así como feliz. Un abrazo cariñoso y agradecido.
Reflexionando sobre este post, considero que la mente se habitúa a pensar lo mismo una y otra vez. La neuroplasticidad especifica ese comportamiento tan particular en todos los pensantes.
Fijaros:
Durante un año he estado paseando diariamente entre las lagunas que hay cerca de mi casa. Un lugar idílico para pensar y requetepensar. Ese año mi mente se centraba en una personita en especial.
Un poco cansada del mismo paraje (y de pensar en la misma persona) me puse a buscar otros y durante un mes no pisé las lagunas ( y en los otros lugares poco y nada pensaba en ese ser especial).
Hoy regresé al mismo camino… y sorprendentemente, cuando llevaba más de media hora, me descubrí PENSANDO LO MISMO que hace un mes.
Asociamos con una facilidad abismal y los consejos que expones, al igual que la persona que añade el escuchar música, son buenos comportamientos para acallar la mente… y añado otro:
MEDITAR para aprender a controlar los pensamientos.
Y sí, Natalie Portman es guapa, y si vemos su belleza, es porque nosotros somos bellos. 🙂
Totalmente de acuerdo, el condicionamiento puede ser muy poderoso.
Meditar, sin duda, es otra herramienta muy buena para aceptar los pensamientos y permanecer en el presente.
Un fuerte abrazo!
Me ha gustado mucho, fan de la técnica 1, y… yo también pienso que Natalie Portman es el súmum de la belleza femenina! Que está guapa rapada, por dios, ¡rapada! 😉 Besotes, Marina.
Es cierto, somos suficientes. Una vez leí en un blog que solemos mal compararnos con otros, buscamos sus virtudes que más apeciamos (le damos más valor porque no las tenemos) y nos comparamos con nuestros defectos.
Ah por cierto, desde mi punto de vista masculino y admirador, siento decir que N. Portman no está agraciada con su pelo corto, lo siento, pero no… 😉
Sólo con el titulo del post: «Eres suficiente. En serio» ya me ganaste. Grande!
¡Me gusta este post! La que no me gusta es Natalie Portman (ni cuando sale guapa), eso no quiere decir que no lo sea. En parte al menos la belleza puede estar en los ojos del que mira. En mi caso me gustan mucho más otras muchas mujeres antes que la actriz.
A veces a quien da consejos se le puede tachar de soberbio, porque parece que se cree poseedor de la verdad, pero no es fácil hacer de psicólogo y que no pase alguna vez que se tache al profesional de serlo. No es sencillo trabajar de ello y no dar nunca ninguno a pesar de que se quiera ser muy consciente de esto (y por lo tanto intentar minimizar el parecer serlo) y aun sabiendo que todas las decisiones las toma el cliente-paciente . En «las gafas de la felicidad», que acabo de terminarme, Santandreu cuenta cómo una paciente le dice algo parecido y de paso le llama «mal vestido» : )
Estoy de acuerdo en que los psicólogos a menudo tenemos que luchar con ese «¿quién soy yo para dar consejos»? Yo creo que al final solo mostramos humildemente otras opciones y aceptamos que lo que al paciente le resuena y le sirve muy probablemente ya lo sabía, pero necesitaba darle forma o validarlo. Y, en última instancia, como dices tú, es él quien toma sus decisiones.
Por no hablar de que hay gente que quiere consejos xDD Y eso también es decidir: decidir que otro decida por ti, pero decidir xD
Abrazos!
Una sorpresa ha sido conocer tu blog Marina! Respaldo esos libros que recomiendas en recursos porque mi background es el mismo :). No creo que tarde en conocerte. Hasta entonces todo lo mejor. Un abrazo!
¡Gracias, Járek! Echo un ojo a tu blog, tiene buena pinta. Abrazos!
Hola Marina, gracias por ser tan divertida y por aportarnos tanta paz. GRACIAS !!!! 🙂
Hola, Marina.
Leí tu artículo hace un par de días y desde entonces he notado cierto cambio de actitud en mi desbocada cabecita =)
Dándole vueltas al tema, ayer me dió por pensar si el «eres suficiente» aplicado a la pareja se podría transformar en algo así como «es una/un chica/o conveniente». A lo mejor podrías escribir sobre ello…
¡Hola, Eva!
Sí, de hecho estoy pensando en escribir un post acerca de «cómo hacer sentir a los demás que son suficiente». Creo que es la otra cara de la moneda y es muy importante.
Gracias por la aportación. Un abrazo!
Gracias por este artículo, es muy bueno y me ha tocado en dos momentos, el momento, cocina con todo por hacer, y la foto de la Portman rapada, que me ha llevado a una película que he visto cienes y cienes de veces; V de Vendetta. El momento en que ella deja de tener miedo para mí es el punto de inflexión de la película. Por cierto, si no la has visto te la recomiendo, y el cambio psicológico que va sufriendo ella, bueno y el resto de personajes, incluido toda la ciudadanía al completo, es una pasada.
Gracias por tu tiempo y por lo que transmites. 🙂
Hoy, entre un montón de otras reflexiones, me acordé de este post y escribí un poco sobre mi manera de «ser suficiente»…
Lo comparto 🙂
http://rodandocaminos.com/2015/07/sweet-freedom-dia-8/
Gracias. He leído, a lo largo de mi vida, (bueno no es tan larga tampoco jajajaja ) mucha filosofía, y mucha lectura sobre técnicas terapéuticas. Entre mis autores preferidos esta E. Tolle, B. Hellinger, H. Maturana, etc pero casi nunca he leído todas esas cosas aterrizadas, domesticas, del día día real y concreto. Muchas gracias Elisa por el «aterrizaje».
Gracias Marina; la dichosa mente no me deja en paz; aunque tenga motivos para la preocupación; pero es sólo eso: pre-ocupación….
Muchas felicidades y gracias por esos cachitos de sabiduría.
Un abrazo
Mara Garflo
jajajajaja muy buena la de Natalie Portman, es de otro mundo.
La primera estrategia me ha recordad a un ejercicio de terapia Gestalt, durante un mes aproximadamente hice una lista de «cosas que SI van bien» y cada día tenía que ir escribiendo lo que iba bien en mi día a día, especialmente cuando me pillaba enfocándome en lo negativo. Es un ejercicio que todavía uso, me recuerda que es una cuestión de cambiar el filtro y me alivia mucho cuando estoy especialmente atascada.
Otro gran articulo para mí Marina, durante años he sentido que no soy lo suficientemente buena con muchísima intensidad, hace mucho años que trabajo para cambiar esta creencia, pero todavía a veces me pilla cuando menos me lo espero la sensación de malestar que me da. Así que te agradezco mucho eso 3 truquitos que seguro que releeré mas veces.
Un abrazo.
Gracias
Hola MArina!
Comparto tu publicación en facebook justo introduciendo el torrente incesante de pensamiento en esos 30 segundos, que estoy segura que mucha gente puede identificar en sí mismos/as.
Un saludo!
Por cierto, vengo de apuntarme al curso para cambiar mi vida. A ver que tal va. Un abrazo!
Llego este post a mi por casualidad. Gracias ! Inmenso!!! Me conmovio! Es lo que necesitaba leer al terminar este dia. Gracias tocaya.. espero seguir leyendote! Viva la magia de encontrarte!