Hace un poco más de tres meses, paseando por Málaga con mi amiga Elsa, salió el tema del alcohol. Ella no bebe desde hace tiempo; yo he pasado épocas largas sin beber nada, pero en ese momento había vuelto a lo que podría denominarse «consumo ocasional». Nada del otro mundo: un par de cervezas martes y jueves, después de escalar; dos o tres cañitas cuando salía alguna noche; un par de copas después de una cena de fin de semana.
(Dicho ahora, desde el oasis de mi actual abstinencia, sí que me parece un montón)
Elsa me preguntó por qué había vuelto a beber. «Ése es ahora mismo el menor de mis problemas», contesté yo. Llevaba tres meses trabajando en psicooncología, no me gustaba Madrid, tenía problemas con mi compañera de piso y la soledad emocional me estaba matando. Me encontraba descentrada, angustiada y a veces tan confusa que no podía terminar las frases. «Además – añadí -, no beber en determinadas situaciones me hace sentir demasiado desconectada. Muy distinta al resto de la gente». «Pero Mopi – me dijo ella (algún día explicaré por qué me llama así) -, es que yo no quiero ni de coña ser igual que el resto de la gente».
Ese día dejé de beber, y hasta hoy. De momento, ha sido la tercera mejor decisión que he tomado este año (la primera fue comprar el billete a Denver, y la segunda ir a escalar a Moab, Utah, y pescar a un argentino resultón).
¿Por qué no beber?
Primero: la salud física
El alcohol en sus diversas variedades tiene beneficios y perjuicios. Independientemente de los doscientos millones de estudios acerca de si beber vino tinto con las comidas es bueno para el corazón, mi pregunta es: ¿pueden encontrarse alimentos o bebidas que tengan esos mismos beneficios sin los perjuicios del alcohol? E, incluso si no fuera así, ¿podrían esas potenciales ganancias físicas superar a los inconvenientes psicológicos?
Sí, no.
Así que no.
Razonamiento minimalista, o por qué no me apetece ponerme a buscar referencias acerca de los efectos perjudiciales del alcohol para la salud (y, aun así, he buscado algo)
Segundo: la salud mental
Estaba equivocada en la explicación que le di a mi amiga Elsa. El alcohol no era el menor de mis problemas: era un síntoma. Bebo cuando no estoy llevando el tipo de vida que quiero llevar, o no estoy con la gente con la que quiero estar. Igual que en el caso de los posibles beneficios físicos, uno puede preguntarse: ¿hay forma de conseguir estos efectos psicológicos sin beber? Reflexionemos sobre ellos uno por uno:
- Desinhibición. Sinceramente, leyendo este blog: ¿alguien piensa que yo estoy siquiera mínimamente inhibida? Siguiente pregunta. Por otra parte: ¿hasta qué punto es bueno desinhibirse? ¿Por qué administrarse voluntariamente una sustancia que altera nuestra capacidad de juicio o el control de nuestra voluntad? Personalmente, he tomado malas decisiones de muchos tipos bajo el efecto del alcohol, y no es eso lo que estamos buscando.
- Relax. Cuando rotaba por onco estaba estresadísima. Muy, muy estresada, nivel gente moribunda. Esperar con agrado la cerveza o la copa de vino que iba a introducir mi mente en un agradable estado de aletargamiento no era la mejor manera de gestionar esa angustia a largo plazo.
- Sabor agradable. El vino está rico y la cerveza también. Por otra parte, no creo que sea posible separar el sabor de las bebidas alcohólicas de su efecto. En cualquier caso, en mi vida hay muchos estímulos que me resultan más agradables (sí, todos estáis pensando en sexo, pero iba a mencionar actividades castas y puras, como escribir, escalar, etc. Y el sexo).
- Alteración cognitiva más o menos placentera. Si tener la conciencia alterada me causa placer, es porque tenerla en estado normal no me resulta agradable. Porque no me gusta mi vida tal y como es en ese momento. Así las cosas, la opción más obvia es cambiar la vida, no cambiar el cerebro. Además, observemos los momentos en los que nos gusta tener la conciencia alterada: cuando estamos con nuestros amigos (¿tanto nos aburren en estado sobrio?), cuando intentamos ligar (¿tan poco nos gustamos sin ninguna sustancia en el cuerpo?), cuando celebramos (¿la celebración no es suficiente motivo de alegría?).
- Integración social. Mi amiga Elsa tiene razón. No tengo ningún interés en ser como el resto de la gente. No quiero decir que me sienta una flor especial que se eleva por encima de los humanos que toman cañas en las terrazas. Es simplemente que yo ya he sido esa humana, y no me sirve. Sinceramente: a veces tomaba cañas porque sin ellas me aburría. Cuando me aburro ahora, me voy.
En cualquier caso, todos estos argumentos son como los mandamientos y se resumen en uno solo: yo estoy en este mundo para aumentar mi capacidad de estar consciente y atenta en el mundo que me rodea. El alcohol disminuye mi capacidad de estar consciente y atenta. Luego el alcohol funciona en la dirección opuesta a mis valores y objetivos más importantes. Es como intentar apagar un fuego con gasolina.
En general, en mi caso el alcohol sirve como forma de regular estados emocionales desagradables. Cuando decides no beber, te ves obligado a experimentar con plenitud esos estados desagradables y a aprender de ellos. ¿Por qué me aburro? ¿Por qué estoy estresado, o nervioso, o angustiado? Las emociones dejan de ser el disparador automático de una conducta de escape (beber) y se convierten en un instrumento con el que trabajar para aumentar el conocimiento de uno mismo.
Desde que dejé de beber, mi vida se parece bastante más a la que quiero llevar. No sé qué fue primero, si el huevo o la gallina, es decir: no sé si mi vida ha mejorado porque dejé de beber, o si como mi vida ha mejorado, ya no siento la necesidad de beber. Lo que sí sé es que en mi caso personal, yo no bebo para estar mejor; bebo porque estoy mal. Que cuando beber es el menor de tus problemas, puede ser un sencillo primer paso hacia la solución. Y que no ser como los demás no es una buena razón para hacer las cosas, pero intentar ser como ellos a toda costa es bastante peor.
[Imagen: Bill Dickinson]
Tu artículo me deja un poco perpleja.
El alcohol es peligroso y beber en exceso me parece patético, pero tal y como se plantea en el post no lo acabo de entender. Parece demasiado radical, poco natural, porque se plantea como si cualquier cantidad de alcohol por mínima que sea fuese perniciosa.
Para mí que me encanta comer y cocinar, un pescado sin una copa de vino blanco que lo acompañe, una ración de jamón ibérico ¿ te la tomas con agua o un refresco?.
Yo creo que hay que tener una actitud diferente. El chorizo en exceso es malo, los helados también, los bombones…pero sin embargo, ¿ qué tiene de malo un helado, un par de bombones, un bocadillo de chorizo?.
Y no hay nada que me guste menos y me aburra más que la gente que sólo sabe divertirse bebiendo, de bares, de pubs…
Este planteamiento me recuerda al de la gente que no come de algo. Es decir, los vegetarianos, los veganos, ahora la manía del gluten…no sé, me parece todo un poco radical y rígido. Las cosas son más sencillas, el ser humano es omnívoro. Creo que todas esas exclusiones radicales indican un tipo de personalidad, ¿ qué opinas Marina?
Es increíble la manía que tenéis algunxs de decirnos a los demás lo que deberíamos beber o comer, de verdad. Lo que más me llama la atención es que os indignáis, como si nuestras decisiones personales, de las cuales no tenemos necesidad de justificación, fueran un ataque personal.
Por cierto, nada que ver con el tema, había escrito mal el link de mi blogspot, puede que la clicar en mi nombre salga una advertencia del antivirus por este error. Si les da la curiosidad de saber en que me he convertido, clique este segundo link. En lo demás, muy buen artículo y enhorabuena a tu fuerza interior.
Andréa: he eliminado tu comentario anterior porque no voy a permitir que se insulte a otros lectores. Si quieres volver a intervenir, por favor, hazlo desde el respeto a las otras personas que comentan en el blog. Gracias 🙂
Es la razón que da marina sobre el alcohol en su vida y bajo mi punto de vista no es bueno ni en pequeñas cantidades, y si, el pescado se puede acompañar de agua y el jamón ibérico también, o a palo seco, que hay que beber si se tiene sed
Responde sinceramente a estas preguntas: si nunca pudieras volver a tomar un helado o unos bombones, ¿sentirías pànico?. Si nunca pudieras volver a tomar alcohol, ¿sentirías pànico?
Buenas!!!!
No sé… yo creo que lo interpretado de manera diferente a ti Marta. Yo creo que la clave está en “¿por qué bebes?”. Por ejemplo, Marta, si a ti te gusta tomarte con el pescadito o el jamón una copa de los que sea, bajo mi punto de vista no hay nada malo. De hecho, hay mucha gente que aprecia el buen vino, y el mejor regalo que puedes hacerles es regalarles una botella buena. A mí eso me parece estupendo, porque cada uno tiene su gusto.
Para mí el problema es que a veces parece que nos socializamos solamente a través del alcohol, y que si no quieres entrar en ese círculo estás fuera de lugar. A mí hay veces que me puede apetecer tomar una caña, pero otras no. Por ejemplo, el otro día estaba con unos amigos y quería pedirme un botellín de agua, una de mis amigas fue a la barra a pedir para todos y me dijo “voy a pedir todo junto, porque me da vergüenza pedir el botellín solo”. Es un comentario sin más, pero refleja bastante nuestra manera de pensar.
A parte, estoy de acuerdo con muchas de las razones que ha dado Marina, porque creo que muchas veces se utiliza el alcohol como forma de “evadirse” a la hora de afrontar los problemas. ¿No está contraindicado tomar ansiolíticos en una exposición? Pues esto sería igual.
Resumen: si te gusta tomarte unas cervezas, vino o lo que sea porque disfrutas del sabor y te gusta, ¡perfecto! Pero si lo haces para encajar, porque todo el mundo lo hace, porque es lo que toca o para evadirse de problemas, ¡NO!
Hola Marta, no soy Marina, soy Maria. Que piense que el articulo se refiere al beneficio de ser tu la que controla tu vida y tus emociones. En lugar de escapar de tu realidad, cuando ésta pinta mal, y hacerlo a traves del alcohol.
Y en todo caso, si lo haces, saber por qué lo haces, ser consciente de ello.
No creo que este hablando de una copa de vino con un buen pescado.
Bueno, asi lo he llegado a entender yo….
Yo me quedo con » para aumentar mi capacidad de estar consciente y atenta en el mundo que me rodea»
Eres toda una campeona, lo he intentado ya tres veces en mi vida y no lo he conseguido. En casa no bebo alcohol pero cuando salgo si que me apetece mi tinto de veranito, y a veces las cosas se me salen de madre y al dia siguiente resaca…estoy trabajando en eso porque es la cosa mas absurda del planeta. Pero yo no lo hago por encajar, ni ligar ni ser mas deshinibida, eso ya lo soy bebiendo solo agua, no se, tendre que investigar mas el porque.
Gracias por hacerme parar a reflexionarlo.
Bueno, no sé si decirlo , pero yo he disfrutado mucho con los efectos de la cerveza, me encantaba . Nunca he perdido la consciencia de lo que hacía ni aún completamente borracho, aunque he hecho todas las extravagancias inimaginables. Un día me dormí en el coche. Menos mal que me desperté a los pocos segundos. Era de noche y ya iba por el otro carril . He sido demasiado arriesgado en todo. Estaba buscando , buscando alegría … Seguramente no encontraba otra forma tan efectiva para pasarlo bien como bailando o cogiendo una guitarra con amigos en la playa y desinhibiéndome con la ayuda de la cerveza . Solo en ciertas épocas de mi vida , cuando conocía a gente linda y divertida .
No he dejado el alcohol intencionadamente . No he hecho el más mínimo esfuerzo. Lo he aborrecido hace mucho tiempo.Ya no me gusta y es muy raro que me apetezca una cervecita …
No aconsejo a nadie mi camino, no ha sido facil ,he buscado el placer sin más ,y tal vez todo lo que se vive conscientemente acaba abandonándose.
Ahora disfruto mucho más que antes, con placeres tan sutiles como el roce de una mano , una música deliciosa , el paisaje , la belleza de la gente o con cualquier sorpresa que me regala la vida. Flipo.
Pero no sé … Quizás tuve que vivir esas épocas. Tuve suerte y salí ileso.Quizás confiaba en que algo me protegía. Pero repito, no aconsejo a nadie seguir mis pasos…
Decisión acertada desde luego … Cada uno toma esa decisión tan personal según las motivaciones y beneficios o perjuicios que se tengan y las circunstancias que se vivan.
Me parece muy interesante el articulo de como se libera dopamina con estímulos asociados a sabores y olores…
Seguramente es el motivo por el que de forma instintiva, en una de las dietas que hice, llevaba siempre en el bolso un botecito de colonia que abría y olía cada vez que pasaba por una pastelería de estas que huelen de lejos, o de un restaurante… Para distraer al cerebro y despertar el deseo dormido… ;)) Estoy pensando que sería buena idea actualizar el método utilizando una colonia en spray y un abanico, y así además nos refrescamos este verano jajaja
Otro motivo más para no tomar alcohol podría ser, que se le responsabiliza junto al azúcar, carnes rojas y miles de sustancias, de alimentar las células cancerígenas…
Buen finde!!
¿De verdad que he sido la única que no ha pensado en SEXO?
Mopi me encanta tu artículo, porque salgo en él(y se ve que al ego eso le mola) y porque «ni de coña» podría explicar mejor lo que pienso.
Eres grande(bueno, en verdad eres pequeña pero ya me entiendes).
Entiendo las razones de la autora. Y sin embargo, yo no creo que una persona que tiene una vida agradable no pueda disfrutar de cuando en cuando, no solamente de una ocasional caña, sino incluso de los efectos de tomarse unas cuantas copas.
No es que necesites ser como los demás. Ni que necesites eso para divertirte. Es simplemente que te lo pasas mejor, y eso es un hecho innegable. Como tampoco necesitas irte a la playa en vacaciones para pasarlo bien, pero lo vas a pasar probablemente mejor en la playa que en el desierto de Atacama.
La cuestión es que sea una decisión consciente.
Y en mi opinión además es bueno también que sea sólo fuera de casa. Es cuando empieza a usarse de una manera involuntaria y casera cuando se convierte en un gran problema.
Y obviamente entiéndase todo esto respecto de personas sin problemas de alcoholismo.
Un saludo y brindo por el blog, jejeje.
Lo siento, pero que te lo pasas mejor sí es un hecho negable. Quizá lo sea en tu caso, pero no es una buena idea generalizar 🙂
Hola:
Vamos a ver, desde mi punto de vista cualquier decisión que tomes y haga que te sientas mejor, esta muy bien.
Generalizar en cuanto, cuantos, cuando, etc…. esto ya es otra cosa.
Supongo que lo mejor es tomar o no tomar dependiendo de lo que te apetezca, eso si, con mesura; como todo en esta vida.
Un saludo.
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Funes. Todo es negable claro. Pero de hecho en un reciente estudio se ha determinado que es más feliz la gente que bebe moderadamente que la que no lo hace. Aunque claro podría ser que sea el ser algo féliz lo que permita beber y no al revés. Un saludo.
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Yo no bebo ni fumo y la verdad q es duro ser diferente a los de más o eso me pasa a mi ybueno antes no tenia a nadie con quien hablar y es más duro.aún por q nadie donde vivo es como yo bueno si alguien necesita hablar con alguien q es como el o ella aquí me teneis mi correo es gjavi25@yahoo.es
Un saludo
Yo he tenido epocas de no beber. Ahora me lo replanteo, ya ultimamente incluso si me tomo 2 cervezas me siento basura. Ademas, si bebeo mas se que me combierto en un pesado y en un gilipollas. Lo que pasa es que durante toda la semana es muy facil no beber, pero luego llega el fin de semana y llega la pregunta de marras. Es facil estar una semana o dos sin beber, pero es muy dificil estar mas de un mes, por que llega un momento que acabas tan rallado que casi que prefieres tomarte una cerveza y seguir el rollo a los demas
Llego tarde a este post… estaría de vinitos.
Pero si me permites: me has defraudado. Sí. Y lo lamento yo mas que nadie. A ti te importa un bledo, no me conoces de nada, pero yo leo todo lo que pillo de ti por la red como un mantra.
Este «plof» es por la manía que tiene la gente de decir que lo suyo es lo mejor, lo que mas mola: vegano, abstemio, ateo, de android…. Y mira que has escrito otro post mas sobre el tema (paqué), pero aún así. Y nada gustó que enlazaras a otros sitios con lo terrible que es el alcohol. Nada.
Pero bueno, yo te cuento mi punto de vista, si me permites. Bebo. Mucho, poco y nada. Y no hay nada que relacione estas medidas. Disfruto mucho con el champagne, el vino y el vermut. Una comida con un buen caldo es otra cosa…diga, quien lo diga ¿que tienes razón? Sí! Y yo si me pongo hablar de las hamburguesas del Burguer King.
Mi admirada Marina…no te pega este post…
Mira que nunca escribo, pero al cambiar la foto de mi novia de la mesilla de noche y poner la tuya, tenía que contártelo.
Un beso enorme y sigue brillando, que hay muchos que estamos a oscuras.
Salud!
Vincent.
Querido Vincent: mi misión en la vida no es evitar defraudarte ni a ti, ni a nadie. Tampoco es «tener razón».Es hablar de mi experiencia con toda la honradez posible en caso de que a alguien pueda servirle. Separar lo que te sirve de lo que no te corresponde a ti. Abrazos.
Cuando me quedé embarazada tuve que dejar el alcohol.
Al principio me costó mucho. Esas cañas a media tarde, esa copa de vino con una buena carne, esas copas de sobremesa… En el proceso, aprendí a disfrutar de las situaciones sin alcohol y ahora ya no me importa no beber en todos estos casos. De hecho, me gusta más la cerveza sin alcohol que con alcohol!!
Yo tenía interiorizado que me lo pasaba mejor con alcohol, pero la realidad es que si aprendes a disfrutar de esa consciencia de todo lo que haces y que muchas veces te quita el alcohol, disfrutas mucho más.
A día de hoy me bebo alguna copa de vino, pero desde luego que mi consumo de alcohol ha bajado drásticamente y es algo que voy a mantener porque me he dado cuenta de que no necesito el alcohol y que sin él, me lo paso igual de bien.
Buen artículo, Marina! 🙂
Yo la verdad siempre he sido abstemia convencida. No me atrae el alcohol, no me gusta su sabor, no entiendo qué ve la gente en ello ni por qué hay que asociar ocio a alcohol. No me niego a salir con gente que bebe, de hecho toooodos mis amigos beben aunque sea una cañita… pero lo que no aguanto y de paso me hace sentir «aparte», «bicho raro», es que me llamen la atención por no beber. Por pedir un refresco en vez de una caña y que me empiecen a cantar las delicias del bebercio. Tanto es así que últimamente pido cerveza sin alcohol, y les pido que hagan un esfuerzo de imaginación para que crean que en mi cerve hay alcohol. Aún así quiero mucho a mi gente 🙂 A veces se producen situaciones del tipo que, cuando salimos a comer o a cenar, se piden jarras de cerveza (yo tengo que pedir bebida aparte) o si al final ponen chupitos (si no estoy al loro, ponen para todos). Con el consiguiente lío a la hora de pagar la cuenta… pero en fin, es lo que hay, es la parte negativa de querer ser yo misma y querer mantener unos valores.
Que no se engañe nadie , se bebe , no porque nos guste beber , sino por que nos gusta el estado mental en el que nos sumerge ,, lo demás son estupideces y engañarse. Esta bien tomarse un vino de vez en cuando con la comida. Pero cuando es a diario , ahí ya tienes un problema . no es que te guste beber , es que te gusta modificar tu estado mental. Cuanto alcohólico hay que no lo sabe ,, cientos de millones que no pueden vivir sin modificar su ser a diario. El se
A mi me parece un muy buen artículo como experiencia personal. Levo 25 años trabajando en adicciones y al final son todo creencias. Cada uno bebemos alcohol o no lo hacemos por lo que creemos acerca de él y las asociaciones que hemos hecho con él. Pertenezco a una generación a la que nos mojaban el chupete en anís y con seis o siete años tomábamos la «quinita» los domingos con nuestros padres. Esta incluso la recetaban los médicos a los niños para abrir el apetito. Si algo he aprendido es que cada uno tiene sus motivos para beber y que el alcohol afecta de manera muy distinta a cada persona, por motivos fisiológicos, pero sobre todo, por nuestro programa, por nuestras creencias. Yo lo tengo muy asociado a la fiesta y no os voy a contar el festival de sensaciones que despierta en mi boca un chupito de anís chinchón.
Marina creo que ha dejado claro que es su experiencia y que algún aspecto de ésta puede ilustrar o cambiar el punto de vista sobre nuestra propia experiencia. Porque si algo tengo claro es que en el alcohol en particular y en las adicciones en general, la experiencia de cada persona es única, personal e intransferible. No se trata de llevar razón sino de ser feliz,y todos sabemos perfectamente cuando algo nos hace daño, lo que pasa que a veces preferimos mirar para otro lado o sobrevaloramos (creencias) los aspectos que consideramos como positivos ignorando los negativos…Gracias por tu artículo Marina. Un abrazo.
Como Vincent, llego tarde a este post, Pero no dejaré de dejar un pequeño comentario.
Yo tomé la decisión de no beber alcohol hace 10 meses. Como muchos (¿o como todos?) llegué a la adultez con algunas heridas emocionales sin curar. Empecé a beber para superar mi timidez y luego para superar el estrés. Es decir, tal como lo dice, no para sentirme bien, sino porque me sentía mal.La euforia y consecuente alegría que me producía me hizo popular. Hasta allí, «todo bien» porque el alcohol me ayudó a socializar y conectar con los demás. También fue útil para superar el estrés del cambio y de las frustraciones que sufre uno en la vida. Repito, hasta allí «todo bien».
Pero… el pero es muy simple: me impidió «socializar» y conectar conmigo mismo. Me impidió desarrollar los recursos internos para aceptar, manejar y superar el estrés. Me impidió desarrollar relaciones profundas. Claro que tuve que llegar a una crisis de estrés muy profunda para darme cuenta de que debía simplemente decirle adiós. Y es, creo, la mejor decisión que he tomado en los últimos años de mi vida adulta.
Al principio, fue difícil (y aun lo es un poco). Tuve que recrear mi vida social. Tuve que decirle «nos vemos luego a algunos grupos y dejar de participar en actividades del tipo «Afterwork drinks». Me di cuenta de que no es fácil ser abstemio en una sociedad cuyas interacciones giran alrededor del alcohol y donde éste es el vehículo que les facilita la socialización.
Hoy me siento mil veces mejor y más completo. Me encanta la cerveza y existe la cerveza sin alcohol.
Muchas gracias, Marina, por tu artículo. Ha hecho que sienta que no estoy solo en esto. Y me encantan otros artículos tuyos y colaboraciones. Haces un estupendo trabajo.
Qué bien, Giulio, me alegro un montón de que te haya servido. ¡Un abrazo!
Tengo 19 años y no he probado el alcohol.
Mis amig@s y mis padres me ven mirar como una persona extraña
Pero bueno cada uno hace lo que quiere
Yo la verdad que no se porque no lo he probado
No me apetece, no me gusta el olor, no me gusta ver a la gente súper borracha en plan que se van a desmallar…
Marina, me ha encantado el post y te entiendo perfectamente! Lo resumo en quererse a uno mismo!! Gracias, un abrazo
Me encantan algunas conclusiones a las que llegas, «Las emociones dejan de ser el disparador automático de una conducta de escape (beber) y se convierten en un instrumento con el que trabajar para aumentar el conocimiento de uno mismo».
Exacto, no solo no resuelves la emoción conflictiva, sino que la empeoras.
Y si hablamos de placer, igual. El buen rato de alcohol te impedirá disfrutar otras cosas de la vida después.
El alcohol discurre por una delgada linea, separando un mundo en el que damos lo mejor de nosotros de otro en el que dejamos de ser quienes somos, en el que la sustancia nos domina y saca, en la mayoría de las ocasiones, la peor de nuestras caras. No es difícil que un bebedor habitual (incluso uno esporádico) haya experimentado ambas realidades. Yo lo he vivido y el alcohol me ha hecho perder mucho más de lo que he ganado. Que cada cual haga lo que considere, faltaría más, pero mi conclusión es que el alcohol es altamente perjudicial, tanto física como psicológicamente. Vivimos en una sociedad en la que el alcohol es un elemento cultural, se brinda para celebrar, para olvidar, para compartir. Se bebe hasta para comulgar… Hay que romper con ello, aunque cueste trabajo, seremos mucho más libres cuando estas sustancias no imperen en nuestras vidas