Por qué estás pensando MAL sobre el coronavirus (y qué puedes hacer para arreglarlo)

Actualizado el 15/3: cuando empecé a escribir este artículo, todavía tenía sentido recomendar quedarse en casa porque aún no era obligatorio. Después del decreto del sábado 14, igual parece una obviedad.

Aun así, publico esto porque nos queda mucha pandemia por delante y muchos momentos en que vamos a tener que tomar decisiones individuales en un entorno muy complejo.

Espero que lo que he escrito te sirva para que las tuyas sean lo más beneficiosas para ti y para el resto.

A estas alturas del virus, yo ya tengo claro lo que hay que hacer: quedarse en casa. No solo en Madrid. En todo el mundo.

Esto no es entrar en pánico. Es ser perfectamente razonable y coherente con lo que está pasando.

No quiero saturarte de datos porque mucha gente hace eso mejor que yo. El mejor ejemplo que he encontrado es este artículo de Tomas Pueyo sobre por qué debemos actuar ya frente al coronavirus.

La versión corta del problema para mí es: crecimiento exponencial + incertidumbre sobre la estacionalidad de la epidemia (con los datos disponibles de infecciones en diversos países apuntando al NO).

Y ojalá me equivoque. Ojalá en unos meses el virus haya desaparecido y las muertes sean, como dice mucha gente, muchas menos que las de la gripe normal.

(Que, por cierto, no ha desaparecido. Esto es la gripe normal más el coronavirus. No es que nos lo hayan cambiado)

Pero me da que no. Ahora mismo, la cosa pinta fea.

Sin embargo, he alucinado con la gente que hasta ayer mismo estaba compartiendo litronas en las calles de Granada.

Flipo con lo de los madrileños en la Pedriza y con más casos cercanos que prefiero no detallar.

 

 

Cuando ves esas cosas en medio de lo que estamos viviendo, lo primero que te sale (me sale) es creer que la gente es tonta.

Pero no, no somos tontos. Lo que pasa es que no pensamos bien.

Todos nosotros. Yo la primera. El jueves fui a la peluquería y me senté a compartir tapas en una terraza con una amiga que había pasado el fin de semana en una convención.

Hoy analizo el riesgo que corrí y me parece enorme e injustificado. Pero hace solo tres días no lo veía así. Y la razón es que todo está cambiando TAN rápido que tenemos que ajustar nuestro modelo mental hora a hora.

De eso quiero hablar hoy: de modelos mentales. Más concretamente, de errores cognitivos que estamos cometiendo TODOS en esta situación crítica.

En Quién vive, quién muere y por qué, que habla de cómo sobrevivir en la naturaleza, el autor dice que la mejor estrategia de supervivencia es no llegar a verse en una situación crítica. Quedarse en casa.

De la misma forma, la mejor estrategia ahora mismo NO es lavarse las manos, ni mantener la distancia de seguridad, ni tomar vitamina C: la mejor estrategia es QUEDARSE EN CASA.

Y no solo por ti: por los demás. Por la población de riesgo y por los profesionales sanitarios. Por las consecuencias imprevisibles que va a tener esto para todos, peor mientras más grave sea la pandemia.

Ahora mismo, mientras edito el post, ya es obligatorio. Pero lo que ahora parece obvio inevitable, hace veinticuatro horas era una opción que algunos eligieron no tomar.

He escrito este artículo todo lo rápido que he podido, así que te pido que me perdones inexactitudes, partes mejorables y el hecho de que casi toda la información está sacada de:

  1. Lo que recuerdo de la asignatura de psicología social.
  2. La Wikipedia.

De hecho, si quieres hacer sugerencias, estaré encantada de leerlas y de ir mejorando el post.

Dicho esto: los comentarios están moderados. No publicaré nada que piense que no tiene fundamento y que pueda confundir a quien lee esto. Tampoco nada desagradable ni irrespetuoso.

Vamos allá.

¿Qué es un sesgo cognitivo?

Los sesgos cognitivos son errores sistemáticos que cometemos al razonar. Y el motivo, curiosamente, es que nos suelen servir. Los utilizamos para ahorrar capacidad mental y no tener que examinar caso por caso cada situación.

El problema es que son eso: errores, y en situaciones donde es vital hacer un análisis detallado y racional de cada opción, tirar de atajos mentales es correr un riesgo catastrófico.

Eso es lo que está pasando ahora. En una emergencia sanitaria global, muchos de nosotros hemos usado o estamos usando todavía los atajos de teclado de nuestro cerebro en lugar de pensar por nosotros mismos.

Pero cada hora que pasa importa y cada persona que toma una buena o mala decisión importa, así que te animo a que uses el camino largo para juzgar qué es lo correcto en esta situación.

¿Cómo usar este artículo?

El lema de Psicosupervivencia ha sido siempre que no te creas nada solo porque yo te lo diga; créetelo solo si te sirve.

De la misma forma, no te voy a pedir que te creas que hasta ahora has pensado mal porque yo he estudiado psicología y tú no.

Lee los sesgos y pregúntate si has estado usando alguno en los últimos días. A continuación, lee la sección sobre modelos mentales alternativos y piensa si te podría ser más útil adoptar alguno de esos.

No pienses solo en ti, por favor. Piensa en la sociedad como conjunto y en ti como un miembro de ese conjunto: como alguien con una responsabilidad para su familia, sus amigos, sus vecinos y el conjunto de la Humanidad, ya que nos ponemos intensos.

Además, piensa en ti como un tú en un entorno cambiante y distinto. Todos nos sentimos invencibles cuando la realidad funciona. Pero tu realidad, tal y como la conoces, podría dejar de funcionar. Dependemos unos de otros mucho más que hace dos semanas y tenemos que empezar a adaptarnos a esto.

8 modelos mentales erróneos que te han infectado antes que el coronavirus

Sesgo de disponibilidad

El sesgo de disponibilidad consiste en evaluar un tema de acuerdo con los ejemplos que nos vienen inmediatamente a la cabeza.

En los últimos días por ejemplo, quizá hayas notado cómo tu percepción de la realidad ha cambiado a medida que has visto acercarse el virus.

Durante un tiempo, yo me resistí a tomar medidas más drásticas porque Granada estaba normal. Aún no había casos aquí y todo funcionaba como siempre.

Salías a la calle y la gente estaba tranquila. Los supermercados abastecidos. Tenía lógica pensar que todo iba bien, pero no lo iba.

Hace dos días, sin embargo, me enteré de que los familiares directos de varias amigas de Madrid están ya infectados. De repente, mi valoración de lo probable que es que el virus me toque de cerca ha cambiado drásticamente.

Si estás en una de las ciudades con pocos casos, igual te ocurre esto. Si no tienes amigos, vecinos o familiares infectados, o si solo tienes algún caso poco grave, quizá estés viendo la realidad a través de estas gafas.

Por favor: mira al resto del mundo. No te hace falta irte muy lejos: vete (metafóricamente) a Madrid o a Lombardía.

Tu ciudad es Madrid hace X tiempo: dos días o dos semanas, no lo sé. Pero el virus es igual, los mecanismos de transmisión son iguales, las circunstancias son iguales.

Francesca Mangiatordi, una enfermera italiana que en breve podría ser esa amiga enfermera que tienes en el hospital

Efecto arrastre (bandwagon effect)

Hasta el mismo viernes, los amigos de mi marido se querían ir todos juntos de viaje de escalada aprovechando las «vacaciones del coronavirus».

Si en tu empresa, grupo o clase (vale, nadie está ya yendo a clase, pero hasta ahora) el ambiente general es de #estoescomounagripe, lo lógico es que a ti también te arrastre.

Lo veía hace dos días en un grupo de universitarios que salían del Covirán, al que fui a por guantes porque tengo las manos hechas polvo de tanto lavármelas.

«Total, si lo íbamos a coger ya lo tenemos», decía uno de ellos. Los demás asentían: «ya ves», «eso es así», todos a dos palmos de distancia unos de otros.

La frase es absurda en cuanto se analiza durante media milésima de segundo. No, no tienes por qué tenerlo ya, pero sí, sí que puedes cogerlo más adelante.

Pero cualquiera dice eso cuanto tienes veinte años y vas por ahí en tu pandilla pandémica. Es lo que se conoce como efecto arrastre o bandwagon effect.

Observa qué están diciendo tus compañeros, familiares, etc., y nota cuándo el animal gregario que hay en ti te pide estar de acuerdo o seguirles la corriente.

Efecto espectador

Seguro que te suena el asesinato de Kitty Genovese, en el que 38 testigos vieron cómo la apuñalaban sin hacer nada.

Fuente: Five More Minutes Productions

Más adelante se comprobó que esto era una exageración: no eran 38, sí que se había llamado a la policía y mucha gente lo oía, pero no lo veía.

Aun así, esto animó a los psicólogos sociales a estudiar el fenómeno y se vio que, efectivamente, era más fácil que la gente no ayudara a una víctima si había otros observando. La cosa es todavía peor si la emergencia es ambigua y no está muy claro si, de hecho, es necesario actuar.

Mi aplicación de este efecto a la situación actual es algo creativo. No hay una víctima concreta aquí, pero sí tenemos que tomar medidas para arreglar la situación. Y algunas personas pueden estar razonando que esto «ya lo arreglarán otros».

A mí me ha pasado. Una parte de mi mente piensa todo el rato que los gobiernos, o los científicos, o alguna startup de Silicon Valley, encontrarán la forma de solucionar lo que está pasando.

Spoiler alert: la mayoría de los gobiernos van tarde. La mayoría de los países, también.

Argumento de autoridad

Ayer me hablaba una amiga de otra amiga suya que es médico. Me comentaba que el lunes le dijo que ella se iba a encerrar ya en casa y la otra se rió en su cara.

«Todos los años hay muertos por la gripe, lo que pasa es que nadie les presta atención».

Ayer, esta mujer estaba en casa con sospecha de coronavirus y le decía a mi amiga que ojalá le hubiera hecho caso.

Que una persona tenga el título de médico o de experto en X no la convierte en experto en coronavirus, de la misma forma en que yo soy psicóloga y no lo sé TODO de psicología.

Y que un médico lleve muchos años ejerciendo puede no hacerle mejor profesional, sino peor.

Ni los médicos ni ningún profesional tiene tiempo material para estar al día en todo lo que va suceciendo, tanto en su especialidad como en el conjunto de su campo. No tiene sentido justificar algo porque lo ha dicho un médico u otra figura de autoridad.

No solo eso, sino que todos tienen la misma tendencia a sufrir de estos sesgos que tú y que yo.

¿Quiero con esto decir que me hagas caso a mí, que me he hecho un curso rápido en virología y epidemiología?

¿Quiere decir que ignores a todos los médicos?

No. Insisto en que yo tengo claro que quedarse en casa es la mejor estrategia, pero NO te estoy diciendo que la sigas porque sí. Te estoy pidiendo que trates de pensar en esta situación con la mayor claridad posible.

Apelación a la probabilidad

«Solo afecta a los mayores con patologías previas», «soy joven, no me pasará nada», «hay muy pocos casos aquí, ya sería mala suerte que me toque».

Todas estas frases muestran que estás (estamos) cayendo en la apelación a la probabilidad: dar por hecho el resultado más probable de algo.

Es cierto que todo lo de arriba es más probable, pero no es seguro. Hay personas graves en todas las franjas de edad a partir de 9 años, y hay muertos en todas esas mismas franjas de edad.

Lo más probable es que no te toque a ti, pero le tiene que tocar a alguien.

Sesgo de normalidad

A falta de información clara sobre algo, nuestra tendencia es a seguir «como hasta ahora». Pensamos que las cosas siempre van a ser «normales», que es imposible que ocurra un desastre.

Esto me ha estado pasando todos estos días pasados. Leía las noticias y me acojonaba, pero salía a la calle y todo parecía tan… normal. En Granada no había casos. El gimnasio seguía abierto. La pelu daba citas.

Por desgracia, shit happens. La mayoría de los que estamos en los países más desarrollados no hemos vivido jamás una situación como esta, de gente arrasando los supermercados, de miedo a salir de casa. Y es lógico que una parte de nosotros no se lo pueda creer.

Seguimos buscando indicios de que todo va a estar bien. Yo misma me esfuerzo por creerme a los de #estoescomolagripe. Y mientras, el mundo se desmorona a nuestro alrededor.

Incluso estoy teniendo dudas al escribir este artículo. ¿No es mejor seguir como si nada? ¿No debería tranquilizar a mis lectores? ¡Se van a asustar! ¿Y si quedo en ridículo dentro de dos semanas?

Pero chicos: lo contrario del miedo no es el optimismo. Lo contrario del miedo es la acción informada, y eso es lo que necesitamos ahora.

Sesgo optimista

Este es el modelo mental de «a mí no me va a pasar». Se basa en la ilusión de control que nos permite seguir viviendo sin volvernos locos.

Soy la primera que le pido a Pablo que me diga que vamos a estar bien y que me lo repito a mí misma: «voy a estar bien, lo más probable es que esté bien».

No hay nada de malo en eso siempre y cuando no te haga correr riesgos innecesarios. Y hoy, salir a la calle es correr riesgos: para ti y para los demás.

De nuevo, yo culpable la primera. Cuando el jueves, que quedará en mi memoria como «el último día normal», pensé: «hay ocho casos en Granada, solo tres en la capital. Muy mala suerte voy a tener».

¿Es malo el optimismo? ¿Es bueno? Todo depende de cómo actúes cuando le haces caso.

INSIDE OUT – Joy and Sadness navigate through Imagination Land. ©2015 Disney•Pixar. All Rights Reserved.

Argumento por analogía

El argumento por analogía consiste en utilizar las similitudes percibidas con algo que ya conocemos para inferir más parecidos que no tienen por qué estar ahí.

Que es lo que está haciendo mucha gente con lo de la gripe.

Creo que nadie me puede discutir algo: esto no es igual que una gripe. Es distinto. Es otra cosa. Es otro virus. Tiene otros síntomas, otro tiempo de incubación, otro curso y otra letalidad.

Es nuevo y desconocido, y pensar que es como la gripe, igual que la gripe, exactamente lo mismo o incluso menos preocupante, es un error.

Cuando haces esto, dejas de actuar de manera curiosa y alerta y de buscar las diferencias en vez de las similitudes y, como resultado, te pierdes un montón de información valiosa por el camino.

Si hasta ahora solo te has fijado en los parecidos con la gripe, igual es un buen momento para empezar a buscar las diferencias.

De momento, lo voy a dejar aquí, aunque estoy segura de que hay más sesgos que se aplican en esta situación.

Creo que con esto es suficiente para que empieces a poner en duda tu racionalidad y hagas un esfuerzo extra por entender.

Si quieres saber más, puedes leer lo dice Mark Manson sobre otros errores cognitivos interesantes relacionados con el coronavirus, como nuestra dificultad para pensar de manera exponencial o anticipar consecuencias de tercer orden.

También te recomiendo los capítulos sobre modelos mentales del estupendo podcast de Jaime Rodríguez de Santiago, Kaizen.

Otros fallos de diseño de nuestro cerebro que tampoco te están ayudando

Diferente capacidad para aplazar la gratificación

Como psicóloga especializada en ACT, mi trabajo se basa en que los problemas aparecen cuando empezamos a preferir el placer (o el alivio del sufrimiento) a corto plazo a alinearnos con lo que es importante para nosotros.

Es difícil no caer en esto. Para mí ir a la peluquería el jueves y tomarme algo con mi amiga eran placeres reales, de aquí y ahora, vs la difusa y lejana amenaza de que la cosa se pusiera grave en Granada.

A todos nos apetece salir. A unos más que a otros, seguro; pero yo, y mira que soy introvertida y me carga la gente, salgo todos los días de casa, varias veces: al gimnasio, a trabajar en una cafetería, a hacer mandaos. La perspectiva de varias semanas encerrada no me hace gracia ninguna.

Por no hablar de que tengo una hija de un año #mátamecamión

No obstante, tenemos que pensar en el futuro. En consulta, yo hago muchos ejercicios de imaginación y visualización, pero ahora mismo ni siquiera nos hace falta imaginar. Estamos viendo el futuro en otros países y en otras ciudades.

Contrastemos eso con los pequeños placeres que todos estamos echando de menos. Pregúntate: ¿qué prefieres?

¿Incomodidad ahora y evitar lo que está pasando en Italia?

¿Cervecita ahora y escenas de tiempos de guerra mañana?

Como en la historia de la biblia en que Esaú le vendía a Jacob sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas, no nos dejemos llevar por lo que es fácil aquí y ahora.

Dificultades para ser asertivos

Cuando la profe de música de mi hija me dijo hace dos días que iban a juntarse los profesores para grabarles vídeos a los niños, lo primero en que pensé fue «bueno, ya es mayorcita, ellos sabrán».

Un momento después, reaccioné y le dije que no lo veía sensato, que se quedaran en casa, que a mí me aportaba mucho más eso que recibir un vídeo para la niña.

Por suerte, la profesora de mi hija, que es una persona muy sensata, me dijo que igual tenía razón y que podían grabar cada uno desde su casa. Mi intervención evitó dos reuniones de varias personas.

Aun así, no es fácil ser asertivo. Cuando alguien se te acerca entusiasmado a darte dos besos o a tocarle la cara a tu hijo, ¿qué haces?

Cuando alguien te anima a que os reunáis en persona porque «no es para tanto», ¿qué le dices?

No quieres quedar como un TOC, un exagerado o un paranoico.

Así que te callas.

Te excusas pensando que «no le vas a convencer», que va a seguir pensando igual.

Pero esa gente no es otro tipo de gente. Es tú (o yo) hace unos días, con información diferente y atrapados todavía en alguno de los modelos mentales problemáticos que he descrito.

Es cierto que habrá quienes nunca hagan caso y a quienes será inútil decirles algo. Pero vamos a darles la oportunidad de que escuchen.

Y para eso tenemos que ser asertivos y hablar.

Modelos mentales útiles para pensar este problema

Por mucho que te empeñes, no puedes analizar tooooodos los ángulos y matices de esta situación tan compleja y novedosa.

Lo bueno es que igual que hay sesgos y atajos mentales perjudiciales, también puedes usar modelos mentales, o explicaciones de cómo funciona el mundo, que suelen tener mejores resultados.

Imagínalos como recetas que te permiten dar un cierto orden y estructura a los datos que vayas aprendiendo. Plantéate si parecen tener más posibilidades de éxito que tus antiguos sesgos y aplícalos, a ver qué pasa.

Piensa desde first principles

Elon Musk explicó hace tiempo que su manera de resolver problemas de forma creativa consistía en lo siguiente:

Boil things down to their fundamental truths and reason up from there, as opposed to reasoning by analogy.

Through most of our life, we get through life by reasoning by analogy, which essentially means copying what other people do with slight variations.

Traduzco libremente (corrígeme si eres profesional de esto y tienes una alternativa mejor, por favor):

Reducir las cosas a sus verdades fundamentales y razonar a partir de ahí, en oposición a razonar por analogía.

A lo largo de la mayoría de nuestra vida, avanzamos razonando por analogía, lo que quiere decir esencialmente copiar lo que otra gente hace con ligeras variaciones.

¿Cuáles son los pasos para pensar desde first principles?

  1. Identificar y definir lo que estás asumiendo actualmente.
  2. Buscar los principios fundamentales del problema.
  3. Crear nuevas soluciones desde abajo.

En el momento actual, sería algo parecido a:

  1. Identificar y definir lo que estás asumiendo actualmente: «esto es una gripe», «alguien lo arreglará», «seguro que no es para tanto», «luego esto se pasará y será una exageración como lo de las vacas locas».
  2. Buscar los principios fundamentales del problema. Para mí, los datos clave que (de momento) no pongo en duda, son:
    1. Crecimiento exponencial.
    2. Largo periodo de incubación asintomática.
    3. Alta capacidad de contagio.
    4. Incertidumbre respecto al comportamiento del virus con la llegada del calor.
    5. Capacidad limitada de los servicios sanitarios.

(Hay más componentes, pero creo que solo con estos ya se pueden tomar buenas decisiones.

  1. Crear nuevas soluciones desde abajo: lo que más sentido tiene para mí es quedarme en casa y tratar de convencer al mayor número posible de personas de que lo hagan.

Actualiza tu modelo a menudo

Antes te hablaba del libro Quién vive, quién muere y por qué. En él, el autor pone el ejemplo de unos amigos que querían escalar una vía en Yosemite.

Tenían tantas ganas de subir que aunque el pronóstico del tiempo cambió a última hora, ellos siguieron con su plan como el clima fuera el mismo que el del día anterior.

Resultado: un tormentón les pilló en medio de la vía y puso sus vidas en serio peligro.

No te quedes con la información de hace tres días porque era mejor que esta o porque te convenía más para justificar lo que quieres hacer hoy. Actualiza constantemente tu modelo mental con información nueva, tanto positiva como negativa.

Evita ponerte en situaciones frágiles

Como dice Ángel Alegre en su artículo sobre tener suerte en la vida, ponte continuamente en situaciones en las que sea más lo que puedas ganar que lo que puedes perder.

Piensa, por ejemplo, en Luisa: tiene veintisiete años, se encuentra a una amiga por la calle y su amiga se tira a darle dos besos como si estuviéramos en enero.

  • El beneficio: no quedar mal, no parecer un paranoico
  • El posible perjuicio: pillar el virus o pasárselo a alguien mayor.

Por pequeña que sea la probabilidad de pillar el virus en esa interacción concreta, el resultado de esa posibilidad es muy malo.

Si Luisa se decide por los dos besos, se está poniendo en una situación frágil y comprando papeletas para tener mala suerte.

En lugar de eso, piensa en qué puedes ganar quedándote en casa vs lo que pierdes: el increíble regalo de tu salud, de tener pulmones funcionales y de ayudar a que disminuya el riesgo para todos.

La última (y más importante) recomendación

Mi frase favorita, la que trato de repetirme todos los días, la saqué de una respuesta de Quora de James Altucher y es la siguiente:

Stay Curious.

Mantente curioso-barrita-a.

La curiosidad es mejor que el pesimismo y mejor que el optimismo. Es lo que evita los sesgos erróneos o los atajos de teclado perjudiciales.

También es el mejor antídoto del miedo.

¿Es esta pandemia lo peor que te va a pasar en la vida? Es imposible saberlo. Todavía es demasiado pronto para predecir consecuencias.

Quizá sea malo, quizá no.

O quizá, después de todo, sí que sea como la gripe. Ojalá.

Pero, entretanto, cultiva la curiosidad.

Y quédate en casa.

 

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28 comentarios
28 comentarios
  1. Jose marzo 15, 2020

    Simplemente genial Marina

    Responder
    • Marina marzo 15, 2020

      Muchas gracias, Jose.

      Responder
  2. Carolina marzo 15, 2020

    Gracias por este post, Marina. Estupendo como siempre.

    Responder
    • Marina marzo 15, 2020

      Gracias por comentar, Carolina. Un besote.

      Responder
  3. Maria marzo 15, 2020

    Yo creo que una de las mejores cosas que se podría hacer por parte de las autoridades es buscar a gente CREATIVA que pueda aportar ideas NOVEDOSAS. Esto es una situación. NUEVA y por tanto no puede haber expertos en algo NUEVO

    Responder
    • Marina marzo 15, 2020

      Buena aportación, María. Creo que tiene que ver con lo de la curiosidad. Sin duda, la creatividad es importante y beneficiosa siempre. Un abrazo.

      Responder
  4. Concha Conejo marzo 15, 2020

    Muchas gracias, Marina, a mi me ha resultado muy útil.

    Responder
    • Marina marzo 15, 2020

      Me alegro mucho, Concha, gracias a ti.

      Responder
  5. Espe marzo 15, 2020

    ¡Muchas gracias Marina! Escribes genial como siempre.

    ¡Ánimo!

    — Espe —

    Responder
  6. Pablo marzo 15, 2020

    Muchas gracias Marina. Te mando un abrazo grande.

    Responder
  7. Almudena marzo 16, 2020

    Gracias Marina! yo he sido victima de esos sesgos cognitivos. He compartido el artículo para que los que como yo, somos patológicamente optimistas. Un abrazo desde Sevilla!

    Responder
  8. Nadim marzo 16, 2020

    Hola, Marina.
    Muy interesante tu post, gracias por compartirlo.

    Responder
  9. Iker marzo 16, 2020

    Me ha encantado el artículo!!
    Mientras lo leía ha retumbado en mi mente el siguiente pensamiento «Te has comportado como un cretino» y aunque es absolutamente cierto al menos ahora empiezo a entender por que.
    He pasado por una primera fase de negación ( China está muy lejos como va a llegar esto a mi barrio ), después de optimismo desinformado ( esto es como una gripe leve muy contagiosa ) y por fin después de bofetada de realidad del fin de semana estoy bastante preocupado.
    Hoy por la mañana he tenido que ir trabajar porque mi jefe ( que para más inri es familiar cercano mio y vive con una persona de riesgo ) ha «pensado» fatal y no ha sido consciente de la irresponsabilidad que cometía y me obligaba a cometer. He intentado ( de verdad ) explicarle que debíamos cerrar la oficina por la seguridad de todos y no ha hecho más que responderme con tópicos o mejor dicho con los sesgos que has enumerado.
    Mientras escribo esto estoy todavía perplejo, incapaz de entender como podemos ser tan estúpidos.
    Supongo que esta estupidez es la que explica también porque muchos no somos conscientes de cosas como el cambio climático pese a las desesperadas llamadas de atención de gente con conocimiento del tema.
    He ido en el metro hacia el trabajo avergonzado, de mi mismo y de este sistema que pone la economía por encima de TODO.
    Sirva este comentario como disculpa sincera de un «imbecil» que se va a esforzar de verdad por serlo cada vez un poquito menos.

    Responder
  10. Fernanda marzo 16, 2020

    Hace mucho estaba esperando un nuevo post tuyo y me encuentro con este nuevito y encima habla sobre el corona virus, que ya llego a mi pais Argentina (65 casos) pero viendo lo que sucede en otros paises ya nos recluimos en casa. Estoy muy preocupada pero este post me ayudó un monton a ver las cosas de manera diferente. Gracias!!!!

    Responder
  11. Laura marzo 17, 2020

    Muchas gracias Marina. Me quedo con lo de que frente al miedo lo que vale es la acción informada, no el optimismo (ingenuidad, ignorancia…). Estoy pasando la fase reactiva de mi enfado con las autoridades que deberían informarnos en vez de sobreprotegernos (así nos va). Haces muy bien en darnos herramientas de autoconciencia para desarrollar nuestro sentido crítico. Un abrazo

    Responder
  12. Petro marzo 17, 2020

    Estaba pensando cual es mi sesgo y vaya, creo q caigo en todos. Das algún premio por eso? Jaja
    Gran post, a ver si leemos más cosas interesantes por aqui, q echo de menos los artículos!

    Responder
  13. Abel marzo 17, 2020

    Muy buen post Marina. Has explicado muy claramente lo que ha pasó por nuestras mentes este último mes, desde que «el problema era de otros» hasta el momento en que ponemos nuestras barbas a remojo. Un abrazo!

    Responder
  14. Visitante4576 marzo 19, 2020

    Hola Marina,

    Quiero aprovechar este confinamiento para estudiar. Antes iba a la biblioteca porque la fuerza de voluntad en casa se me esconde. Ahora, qu eno puedo ir, me he acordado de una web que comentaste en alguna psicoletter de estudio en grupo con alguien que no conoces.
    No consigo encontrarla. ¿te acuerdas tú? ¿Me la recuerdas?

    Responder
    • Visitante4576 marzo 19, 2020

      Ah, muchas gracias, que los modales parece que también se me han escondido =)

      Responder
    • Marina marzo 19, 2020

      ¡Hola, Visitante!

      Pues no me suena haber recomendado nunca algo así! Lo siento. Le voy a dar un par de vueltas a ver si me acuerdo, pero así a priori no se me ocurre. Un abrazo y ánimo con el estudio.

      Responder
      • Visitante4576 marzo 20, 2020

        Ostras, pues la única que me da este tipo de info de apps y web eres tú, jajaja.
        Era un web que tu dices cuanto tiempo vas a estar trabajando/estudiando y te emparejan con alguien. No se habla ni nada pero te «obliga» a no despistarte ni buscar excusas para levantarte del sitio.

        Responder
  15. Maribel marzo 28, 2020

    Marina…es mi primera vez aqui y tu primer articulo que dejo, y me ha caido como anillo al dedo, jeje, saberme que no estoy en grado paranoica…

    Soy venezolana y estoy en Venezuela, y mi hermana menor, por razones de salud, esta sola en Malaga, y tengo amigos por todo el globo terraqueo, asi que he paseado por varios de los panoramas que has descrito….

    Mejor consejo: Quedarnos en casa y activar nuestra Fe

    Dios nos cuide y libre de todo mal

    Responder
  16. Lucas septiembre 10, 2020

    Un post genial! Es una pena que lo haya descubierto ahora y no un poco antes.

    Responder
  17. Andrea agosto 30, 2021

    Enhorabuena, otro artículo impresionante, sigue así.

    Responder
  18. Susana septiembre 13, 2021

    Gracias por el artículo, me ha gustado lo del miedo y la curiosidad, gracias

    Responder

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