He empezado a levantar pesas #verídico.
Y paso mucha vergüenza.
Me da miedo tirar algo, usar un banco al revés o que los tíos que dominan la sección de pesos libres de mi gimnasio me señalen con el dedo y se rían de mí.
Así que la semana pasada estuve leyendo este artículo de Nia Shanks, mi nueva gurú del fitness, sobre cómo hacer que lo que piensan los demás te importe un caraho, que dirían en Cádiz.
Uno de los consejos que da Nia, y que ya había leído en otros lugares, es que te preguntes: ¿qué es lo peor que podría pasar si lo haces? Quizá te mire la gente y te digan algo o se rían de ti. Cuando te pones en lo peor y te das cuenta de que no es tan malo, es un poco más fácil ser valiente.
Sin embargo, hay otra pregunta que no nos hacemos tan a menudo, y que es igual de importante o más que «¿qué es lo peor que podría pasar si lo haces?».
A saber:
¿Qué es lo peor que podría pasar si no lo haces?
Seguro que has estado alguna vez en un momento de tu vida en el que todo te da más o menos igual. No tienes ganas de cambiar, ni de esforzarte, y piensas que para qué sirve tanto trabajo si lo más probable es que vuelvas al punto donde estabas antes. Te dices: «da igual, voy a seguir aquí aguantando el tirón y ya está».
Fingir que las cosas no nos importan, que en realidad lo mismo da una opción que otra, es una forma muy eficaz de protegernos de las consecuencias desagradables e incómodas de pasar a la acción. ¿Cómo superar esto? ¿Cómo sacudirnos esa cáscara de «fingida indiferencia»?
La respuesta es contactar con las consecuencias de la evitación o, lo que es lo mismo: preguntarnos qué va a ser de nuestra vida si seguimos como hasta ahora.
Lo peor que me puede pasar si levanto pesas en el gimnasio es tirarme una pesa en el pie, que un tío me mire raro o que me llamen la atención por estar utilizando mal un aparato.
Lo peor que me puede pasar si no lo hago es que mis músculos se vayan atrofiando con la edad, ser más susceptible a la osteoporosis y a problemas metabólicos en el futuro, que mi zona de confort se haga más pequeñita y no saber nunca lo fuerte que puedo llegar a ser.
Si lo pongo de esta manera, encontrar la fuerza para estar dispuesta a aceptar la incomodidad de levantar pesas en público es mucho más fácil.
¿Te apetece probar?
Piensa en algo que te dé miedo intentar, o en un área de tu vida donde te has estancado y crees que no merece la pena pasar a la acción. Puede ser en tu trabajo, tu relación de pareja, tu salud, tus hobbies, tus amistades.
Ahora pregúntate: ¿cómo será tu vida dentro de un año si continúas como hasta ahora? Descríbela con detalle, desde que te levantas hasta que te acuestas. ¿Y dentro de cinco años? ¿Y dentro de veinte?
Verás que el poder de esta pregunta es mucho mayor que el de «¿qué es lo peor que puede pasar si lo intentas?». La razón es que a los humanos nos gusta menos perder algo que no ganar algo. La amenaza de que tu bienestar actual se deteriore es mucho mayor que la amenaza de no perder un potencial beneficio.
¿Y tú? ¿Te has hecho alguna vez estas preguntas? ¿Qué efecto han tenido en ti? ¡Compártelo en los comentarios!
PD: Mi artículo Cosmopolitan sobre Cómo Seducir a un Hombre Según la Ciencia está ya casi listo. En serio. No es como el 90% de mis proyectos, que anuncio y nunca ven la luz; ¡esta vez ES CIERTO! Me falta configurar una cosita técnica y verá la luz. Así que suscríbete a la lista de correo (si no lo estás ya!) y te aviso cuando lo publique.
[Imagen: Brandon Binkwilder Santana]
Hola Marina, gracias por replantear una pregunta que nos hacemos muchas veces y que, como bien dices en tu post, es mucho más poderosa dándole la vuelta porque centras la visualización en lo que pierdes si no continúas, si no te esfuerzas, si no ves más allá de hoy. Gracias de todo corazón por cada píldora de sabiduría y humildad que compartes con nosotros, tu comunidad de almas imperfectas que buscan vivir de una manera humana y plena.
Hola, Marina. Me ha gustado mucho. De hecho, hace poco pensaba en esto que hablas, pero en referencia a volver a crearme un blog. Me venía a la mente los músicos. Y ahora leyendo tu artículo, uno en particular. Te cuento. Esta gente (extensible a todo tipo de gente que trabaje en el ámbito creativo, y no sé si me dejaré a alguien más), publican lo que hacen, supongo que con el miedo a que nadie les escuche (o lea, o lo que sea), o a que los tachen de todo. El caso que te decía es de Carlos Goñi, con el último disco (si no ha sacado ninguno nuevo recientemente), que ha utilizado mezclas árabes. La entrevistadora le preguntó si ese tipo de música le iba a gustar a sus seguidores. Él le dijo que el hacía lo que quería o sentía que tenía que hacer. Que lo que a sus seguidores le gustara o no, pues, era «secundario». Y lleva razón. En estas últimas fechas, hablando con una amiga, también me ha pasado algo similar. Necesitaba alquilar un piso más céntrico para su consulta. Y no sabía si había elegido bien. Yo le dije que hiciera lo que hiciera, le iban a criticar. Creo que lo que he escrito es la vista que hay del mismo tema que tratas tú, pero desde la ventana de enfrente. Un abrazo.
¡Gracias por comentar, Diego! Me recuerda el cuento del padre, el niño y el burro: anden como anden (los dos sobre el burro, ninguno de ellos sobre el burro, o cualquiera de los dos), a alguien no le va a parecer bien.
¡Abrazos!
¡Gracias a ti, Imelda! Me ha encantado lo de «comunidad de almas imperfectas». Un abrazo fuerte 🙂
Hola Marina!
Yo sí que he utilizado esta pregunta con gran resultado. Traemos al presente las consecuencias de la inacción. Lo importante para mí es hacerlo muy emocional, que no sea un ejercicio intelectual o teórico, sino sentir en carne propia las consecuencias de la decisión de no actuar.
Cómo de mucho me gusta una buena pregunta 🙂
Un abrazo,
Jon
Buena apreciación, Jon! Creo que para eso sirve mucho lo de imaginar de verdad un día cotidiano, desde que te levantas hasta que te acuestas: hace que sea mucho más realista y, como tú dices, más emocional. ¡Abrazos!
Gracias Marina
Eternamente agradecido con estos mensajes inspiradores y que nos hacen ver de forma diferente las cosas que tenemos programadas en nuestras cabezas.
Preguntas como esta son las que cada mañana uno debe hacerse, y proyectarlas para poder avanzar en la consecución de las metas y logros.
Pienso que lo más difícil, además de uno mismo interiorizar este tipo de preguntas, es hacer que otras personas igualmente las puedan interiorizar y pensar en su futuro.
Gracias de nuevo, y una abrazo.
Muchas gracias Marina, ¡una pregunta muy poderosa! Ver el dolor de la innacción te hace reaccionar! Me la apunto para cuando esté tentada a procastinar 😉
Hola Marina,
Me siento ya como una amiga tuya, con toda esa confidencia emocional.
Actualmente he dejado mi zona de confort e instalándose en lo que queda por venir.
Muchas gracias por tus artículos
Mucho más grave que una lesión, lo peor que le puede pasar a alguien en un gimnasio es caer en el narcisismo, puedo dar fe de ello. Pero todo sirve (tropezón narcisista incluido) para conocerse mejor a sí mismo, en especial formular preguntas inteligentes. O reformularlas, como has sabido hacer tú, Marina. Muy perspicaz.
Gracias Marina:
Definitivamente hoy me he dado cuenta de que si yo no soy capaz(de momento), de tomar una decisión importante(relacionada con la salud,: tabaco, cambio de estilo de vida, ejercicio, cambio de rutinas, cambio en definitiva de la mente….cuanto se me resiste la mía…incluso para lo más evidente…), el Universo, lo va a hacer por mí……las casualidades no existen, las causalidades;sí……Mañana voy al médico.
Felicidades por tu mailterapia…..ha sido el chutón(ó por lo menos, el empujón…..para empezar).
!!!!Buen día!!!!
¡También queremos un artículo de «Como Seducir a una Mujer Según la Ciencia!» 😀
Definitivamente el poder de las preguntas tienen un efecto en nosotros que va más allá de lo que podemos imaginar. Sin embargo, yo he descubierto que a mi me viene mejor, más que las preguntas ver a otros en su día a día o en la televisión, porque por más que no nos guste y que sea todo «hecho para…» hay mucha realidad en lo que allí se ve, tal vez una realidad que no queremos y eso es lo que a mi particularmente más me hace cuestionar la vida. Me encanta ver cosas que sé que no haría o que definitivamente haría de otra manera.
Algunas personas, funcionan mejor haciéndose miles de preguntas antes de actuar, yo funciono viendo a otros y eso me hace mover y tomar acción.
Genial reflexión guapa, esperando el post anunciado 🙂 Un abrazo 🙂
Me he preguntado muchas veces qué es lo peor que puede pasar si hago algo.
En ocasiones me ha dado ese empujón que necesitaba para poner manos a la obra, aunque no todas las veces que quisiera.
No me había hecho antes la segunda pregunta, pero acabo de hacerlo, y la sola idea de estar en el mismo lugar dentro de uno, dos o más años simplemente me da más miedo que lo que pueda pasar si tomo acción con algo que tengo entre manos.
Gracias por la reflexión Marina.
Un abrazo! 🙂
Hola Marina!
Lo primero de todo: Muchas Felicidades por que veo que en el último año has crecido como profesional a pasos agigantados!!!! (es en el área que te conozco a través de lo que leo de tus news o algún intercambio de mails). FELICIDADES CAMPEONA!!!!!!!!!!
En cuanto al artículo, muy sabio e instructivo, como todas tus publicaciones (aunque algunas no esté al 100% de acuerdo, pero de la diversidad se aprende 😉
En mi caso, más que preguntarme «qué no pasaría si…» me pregunto: » si no lo intento.. me quedaré con la duda»… Puede que cada un@ tenga su propia pregunta, no?
Un abrazote enorme!!!!
Hola, Marina!
Tienes toda la razón con tu reflexión. Yo me hice esta pregunta cuando estaba pensando en dejar mi trabajo de oficina para dedicarme a mi pasión. Lo que vi si seguía en mi trabajo me pareció mucho más terrorífico que la opción de montar mi negocio. Es más, me pareció mucho peor seguir igual que ir hacia adelante y tener que cerrar mi empresa. Por suerte, esto último todavía no ha pasado 😀
Gracias por el artículo.
Me ha impactado mucho la parte en que dices «No saber nunca lo fuerte que puedo llegar a ser». Creo que es super simple y super convincente al mismo tiempo.
De todas las cosas malas que pueden pasar si no me pongo en acción, creo que la que más miedo me da es precisamente esa, la de no saber nunca lo buena que puedo llegar a ser en algo. Es una idea abrumadora, te da la sensación de que te puedes estar perdiendo una parte muy importante de tu vida, y eso, a mí, me da más miedo que ninguna otra cosa. ¡Así que me entran muchas ganas de actuar!
Muchas gracias, una vez más, por todo lo que consigues que consigamos 🙂
¡Un saludo!
Marina, como todos tus artículos, esté es un gran revulsivo para la reflexión. Sin embargo, me ha costado un poco entender el sentido. Creo que al estar escrito en negativo es complejo saber si al final la pregunta correcta es lo que no pierdo, lo peor que…. Igual soy la única a la que le pasa y es cuestión de mi cerebro, pero lo comento por si te puede venir para escribir otros artículos. En cualquier caso, como siempre, gracias por ayudarnos a reflexionar desde una perspectiva real, práctica y antimoñas. Me encanta tu visión del desarrollo personal.
Hola, Raquel!
Perdona si ha quedado un poco lioso el título :S La idea resumida del artículo es: en lugar de preguntarte «qué es lo peor que podría pasar si hago algo que me da miedo», pregúntate «qué es lo peor que podría pasar si NO lo hago». Espero que así quede más claro 🙂 Un abrazo!
pero qué buena pregunta Marina, ya me estaba aburriendo de ver la misma pregunta en todos los articulos que leia jaja la tendré muy en cuenta pues tiene un gran poder por detrás, pasaré la voz!