Esta tarde, cuando Pablo se ha marchado porque tenía que trabajar, me he quedado muy triste: gimoteaba tirada en la cama y tenía pensamientos muy sensatos, tipo: «pues el amor es una mierda, porque cuando amas también te expones al dolor de la pérdida, y no compensa entregar tu corazón para arriesgarte a lo efímero de los vínculos, y para qué encariñarse si algún día uno de los dos se morirá y nos separaremos para siempre». Pablo está a cincuenta kilómetros y yo no debería escribir sobre psicología. La cuestión es que estaba yo ahí toda mustia y sin saber qué hacer, y entonces me he obligado a levantarme de la cama y caminar hasta la FNAC de Callao.
Una hora después, tenía un libro nuevo en la mano y se me había pasado el berrinche.
Psicoespidifén es un concepto que, como siempre, me acabo de inventar, y que se refiere a ese recurso infalible que te saca del pozo sí o sí. Lo he bautizado así porque no sé vosotros, pero a mí el espidifén me hace efecto antes de llegarme al estómago. ¿Placebo? ¿Compensación cósmica por su repugnante sabor a anís radiactivo y por la tendencia de los polvitos a quedarse en tu garganta durante horas? No lo sé.
Mirar libros es mi psicoespidifén: esa actividad que siempre me hace olvidar mis males y me devuelve la fe en que merece la pena vivir la vida. Hay otras actividades que son como el paracetamol de mis recursos: meditar, dar un paseo, hacer deporte o, por supuesto, escribir. A veces funcionan, a veces no, pero casi nunca de manera tan espectacular. Mirar libros funciona siempre.
Creo que se trata de los libros que no compro. O de los que no voy a leer nunca. Creo que tener la posibilidad de ojearlos y saber que todo ese saber, esa imaginación y ese amor reposan en las estanterías, listos para que yo los agarre si alguna vez tengo tiempo y ganas, me consuela. También tiene que ver con que yo escribo. Sé lo que cuesta, y sé que todos esos tomos tienen mucho trabajo detrás. Aunque sólo sea por las horas invertidas y por el coraje de llevar hasta el final una idea, esa gente merece mi respeto. Como me dijo Pablo hace ya tiempo: cuesta mucho construir cosas bonitas y muy poco destruirlas, y el hecho de que el mundo esté lleno de cosas bonitas hace posible mantener la fe en que la gente es buena.
Es importante identificar el psicoespidifén de cada uno. A veces no apetece tragárselo; malditas las ganas que tenía yo de caminar hasta Callao con este calor y con mi terrible pena de que la piel de mi chico estuviera a cincuenta kilómetros (¡¡Dios!!). Pero luego te alegras. Ya sé que la metáfora no es perfecta, que el espidifén te castiga el estómago y los libros no, y también que este blog debería patrocinar los genéricos, y que vaya CHORRADA enorme que estás escribiendo hoy después de lo bonito que te quedó ayer el post de la renuncia, Marina.
Pero yo en realidad lo que quería saber es: jipi, ¿cuál es tu psicoespidifén?
[Imagen: dayer3]
Pues no sé si catalogarlo como psicoespidifrén o como paracetamoldelosbuenos pero a mi me anima ver Anatomía de Grey…Lo que no sé es qué voy a hacer cuando se me acaben los capítulos jaja
Por cierto, creo que esta es la primera vez que comento. Aprovecho para felicitarte por el blog y para decirte que me he animado a empezar a escribir gracias a ti, la verdad es que es una buena autoterapia! Saludos
Mis mejorespsicoespidifenes son mis hijos. Acaban de salir las notas de selectividad y tu hermano ha sacado un 9.75 en dibujo artístico y un 6.45 en historia del arte. ¡viva tambien el rubifen!
La escritura a veces me tienta pero no me decido. Y el ejercicio, lo que pasa es que no he encontrado aún uno al que esté deseando ir como tú a escalar. Besos guapa.
«…que, como siempre, me acabo de inventar,…»
Esto es lo mejor de tus escrituras y de ti.
No sé si se trata del mismo concepto pero yo cuando tengo un día malomalísimo suelo «premiarme» para compensar un poco el mal rollo. O me voy a mi heladería favorita y me homenajeo con una copa de helado, o me compro algo que tenía en mente hace tiempo (una pieza de ropa, un libro). O simplemente me meto el cine si hay una peli que sepa que tenga ganas de ver.
El espidifen deberían conseguir la forma de hacerlo en cápsulas, por el bien de la humanidad.
Mi psicoespidifén es mi hijo. Oye, que veo que estás muy pero que muy enamorada. Felicidades!
Yo creo que soy más de paracetamol, couldina o almax. No tengo algo que me anime, pero cuando estoy depre suelo ponerme música de mala leche para intentar cabrearme, y es como si esa explosión emocional me purgara un poco; no es ni de lejos como tu espidifen, pero no tengo nada más… Bueno, antes me animaba un poco con The Big Bang Theory, pero hace ya un tiempo que me enfadé con la serie y me quedé sin ese remedio.
Me gusta mucho cuando te inventas estos términos tan simpáticos . Es muy tuyo.
Sin lugar a dudas mi mejor psicoespidifén en los últimos años es Spotify . Tengo varios cientos de canciones seleccionadas y busco un estilo o autor diferente según mi estado de ánimo . Lo que funciona genial en un momento en otro me puede hacerme sentir mal. Y voy afinando lo que necesito para cada momento de cada día. Cuando no se me ocure nada que me anime , busco algo nuevo y casi siempre suele aparecer un nuevo filón de música . Es alucinante.
¡ Mucha felicidad , a veces con Pablo y a veces sin él ! Que tú estás sembrada de talento para conseguirlo.
Oh, psicoespidifrenes:
– MUSE (madness, the resistance, sunburn, map of the problematique, supermassive black hole)
– COLDPLAY (glass of water, charlie brown, yes)
– Hacer ejercicio, especialmente una hora de bicicleta o dos
– Dirigir orquestas inexistentes en el salón (especialmente dirigiendo a MUSE)
– Escribir un email animando a un amigo, o solucionando un problema
– Escribir un post para mi blog
– Proponerme arreglar algo, superar un obstáculo, establecer un hábito nuevo
– Ordenar mi cuarto (con MUSE de fondo, claro)
– En necesitando motivación, escuchar a alguno de mis speakers favoritos
– Si estoy cerca del mar, al mar… ¿se puede pedir más?
– Tengo algunos posts o algunos textos inspirados, de estos que te reconectan con lo que crees de verdad, con quien quieres ser, siempre son una buena pastilla de psicoespidifren.
– Hacer algo especial por alguien, totalmente inesperado (egoísta, porque el que se lo pasa bien soy yo)
Sería interesante ver que psico-valiums tiene Marina. Yo tengo mis psico-valiums en forma de películas y libros, siestas y paseos. Incluso algún psico-valium pasa por ser un cascarrabias y poner al mundo a caldo… Lo suyo es tener opciones, ¿no?
Me encanta: Dirigir orquestas inexistentes en el salón 🙂
Hola!
He llegado a este blog por casualidad… y no paro de leer y leer… Me ha encantado! Ahora falta la parte de actuar… paso a paso 😉
Muchas gracias Marina por compartirte con todos nosotros. Aquí tienes una lectora novata y encantada!
Respondo a Jon porque me he sentido muy identificada al leer que diriges a MUSE en el salón… Yo también lo hago (con la música demasiado alta, debo decir) en algunos momentos. Y para mi creo que también es mi psicoespidifen. Como soy alérgica al de sobre, habrá que buscarse otro!
Y en el coche de camino a casa cuando he tenido un día malo en el curro… con las ventanillas cerradas y cantando como una loca…. No sabes lo relajada que salgo del coche… jajajaja (aunque la gente me mira a través de sus ventanillas y no crea, si no que este segura de que estoy zumbada!!!)
Yo hago algo parecido. Me voy a la biblioteca, que es como un mar de posibilidades infinitas, pero a la vez un lugar tranquilo. Me paseo por las estanterías, saco más libros de los que me da tiempo a leer en el plazo que me permiten, y me voy de allí con la paz de que pase lo que pase los libros van a seguir estando escritos y yo podré leerlos, porque para eso no necesito casi nada más. Como cierren las bibliotecas me doy a las drogas, eso sí.
¡Me molan estos posts de compartir cosas! (:
Para los que decís que las series ya no cumplen vuestras expectativas o se terminan (KHaL Yeleytr, me pregunto por qué te enfadó The big bang theory), ¿habéis probado con True Blood? Esa, a mí, también me levanta el ánimo.
Creo que no tengo un psicoespidifén tan acentuado. Qué mal. Y a mí también me gustan estos posts. Y todos, en realidad 🙂 Mua!
Hola a todos,
Yo tampoco tengo un espidifén tan automático ni tan efectivo, pero coincido con varios de vosotros en que la música me «pone el corazón contento» 😀
Buenas,
Yo me suscribí vía facebook a un señor que lanza frases «restablecedoras del ánimo» cada dos por tres. A veces las escribe sobre un fondo de imagen sugerente y parece que llegan todavía más.
No sé si tengo un solo psicoespidifén o varios, dependiendo del día. Pero el que se me ocurre ahora es… dibujar.
A muchos dibujantes, tanto aficionados como profesionales, les apasiona porque es una forma de expresión extraordinaria. Estoy de acuerdo; pero no me gusta por eso, sino porque me permite superarme a mí misma en el propio dominio de la técnica de dibujo. Tengo una visión un tanto davincesca del dibujo.
Me encanta intentar plasmar en el papel los movimientos de un gato. Me encanta saber ubicarle bien las orejas con respecto a la cabeza y hacerle una cola anillada. Me encanta intentar ver las diferencias físicas entre un guepardo y un león, entender que se corresponden con las diferencias en su estilo de caza e intentar dibujarlas.
Me encanta que me fascine el diseño del dragón de una peli de animación; ver que los creadores han hecho una mezcla entre una pantera, un murciélago y un lagarto y que el resultado es genial. Me encanta darme cuenta de que lo dibujo fatal porque casi nunca he dibujado reptiles y observar su anatomía, cómo se mueve, cómo cambia la posición de los músculos de las cejas y del tamaño del iris dependiendo de si el humano de al lado es amigo o enemigo, cómo dobla y extiende las alas. Me encanta dibujarlo cada vez mejor gracias a esta obsesión.
Me encanta, ¡adoro!, hacer retratos. Me encanta observar los ojos de la actriz de la película que vi ayer, almendrados, pegados a sus delgadas cejas, con la pupila pequeña en comparación con el iris verde amarronado, e intentar dibujarlos con precisión viendo una captura. Me encanta variar la expresión de la boca con solo dos leves trazos. Me encanta dibujar personas imaginarias y darles rasgos distintos: este con la nariz respingona, ese con la nariz larga y delgada; esta con el pelo a lo garçon y el flequillo corto pero de lado, esa con una melenaza con muchos cabellos dibujados desde la raíz hasta la punta; este delgaducho y con pecas puntillistas, esa con muchas curvas y un lunar debajo del párpado.
Hacía mucho tiempo que apenas dibujaba porque estaba cada vez más ocupada, pero recientemente he recordado lo mucho que me gusta dibujar… Uno de mis propósitos es dedicarle un poco de tiempo cada día y seguir aprendiendo.
Yo también quiero retomar el dibujo!!!
¿Sabes porque creo que lo añoro yo?….porque es algo que me trae al presente y cada vez me doy mas cuenta, con el cuidado con el lapiz, la goma, los trazos, la paciencia etc….te olvidas esos ratos de todo el ruido mental y te centras solo en eso, nada mas, ya que de lo contrario sale una chapuza o algo que no te gusta ….
Supongo que esa es la esencia de las aficiones, que nos ayudan a «desconectar»….aunque yo creo que seria mejor dicho si dijeramos que nos ayudan a «conectar» con lo que estamos haciendo en ese preciso momento.
¡Es verdad! La mayoría de las veces dibujo para descansar del estudio, y si garabateo unos pocos minutos acabo hasta cabreada de lo mal que me sale… Sobre todo si utilizo un boli, porque no puedo corregir los fallos y prefiero pasar a esbozar otra cosa rápidamente. Ahora, si cojo lápiz y goma y me pongo con paciencia… lo disfruto muchísimo. Pero claro, entonces me paso toda la tarde dibujando 😛
Eso que dices de garabatear sin sentido estudiando….lo hago a veces en el curro….y si, ciertamente relaja y me separa del ritmo que poco a poco va cogiendo la jornada atendiendo un mail tras otro
Bailar, bailar y bailar…como una posesa por mi casa y si es en bragas mejor!!jajajaja
A mí siempre me anima visitar la web de Maddie sobre cosas http://maddieonthings.com/, donde el sueño le hace fotos a una perrita de lo más simpática.
Yo es que es verla y no poder evitar una sonrisa… creo que estoy en esa etapa de mi vida en la que quiero tener perro!!!!
Un saludito a todos 🙂
Todo un descubrimiento la pagina de Maddie. Realmente divertida 😀
Me he cagado de risa con la descripción del espidifen.
El mío, sin duda, es salir a patear campo con el perro. Al principio cuesta horrores poner un pie en la calle, pero una vez superado ese paso……
¡Qué curiosidad, mi espidifrén es el mismo que el tuyo! Me encanta irme a bibliotecas/librerías y ponerme a ojear libros. Eso sí, tiene un peligro: que me entran ganas de comprarlos casi todos, y de vez en cuando la tentación me vence. Y como aún siento aversión a los ebooks, tengo la casa temblando de llena, y la cuenta corriente temblando de lo contrario…
En mi caso el que mejor recuerdo (es lo que tiene la edad) es uno de hace una semana. Me encontraba acampado sobre una playa. Habitualmente me despierto temprano y aquel día no fue una excepción. El sol había comenzado a asomarse por el horizonte. Decidí dar un paseo por la playa, solitaria a esas horas. El buen paso, el sol que ya calentaba y la calma del mar fueron ingredientes que me animaron a sumergirme, dejando que el agua, aún fresquita, me envolviera…
Un beso
Txabi
Mirar: «la que se avecina» jajajajajajajajja !!!!!
Mi espidifen (que por cierto su sabor me encanta esa menta radioactiva y tb ver como se mueven esos gránulos como sí fueran zapateros de agua con vida propia) siempre fue el amor, el propio y el compartido, ( digo el practicarlo) ahora me conformo con las relaciones, las charlas, oír a las personas con las que comparto cualquier momento de mi vida y en ocasiones hasta el silencio. Aunque me encantaría volver a la formulación primaria. Hola que tal.
No lo sé. Supongo que dibujar si no me dejo llevar por la frustración.
No es que esté de ánimo muy boyante últimamente…
Mi psicoespidifen si estoy en casa es sin duda recostarme en el colchon de viscolastica de Gos, mi perro mayor, y abrazarle, pegar mi mejilla a su frente y sentir su respiracion pausada ytranquila…pensar en la sensacion que tengo de amor hacia el en ese mismo aqui y ahora, y disfrutar centrada en eso porque la vida me sigue regalando su presencia y su cariño a pesar de haber superado con mucho los años que suele vivir un mastin…. Eso me relaja y me hace vivir el momento sin apegos, solo con agradecimiento….
Otro psicoespedifen son para mi las puestas de sol…autenticos regalos de la naturaleza y vitaminas para el alma…
¿He leido algo por aqui de querer un perro Marina Ramirez? Si te decides….No compres!!!! ¡ADOPTA!!!Y recuerda que yo tengo 6 en casa buscandoles un hogar…
;))
Silvia C
Jajaja me ha encantado el concepto de psicoespidifen!! En mi caso lo tengo claro, ¡la música! 😀 Antes también lo era la comida pero ya noooooo 😉
Mi psicoespidifen es la música y practicar yoga!
Me desconecto de inmediato! Es fabuloso! Y lo recomiendo muchísimo.
Por último si esas opciones no me funcionan, llamo a una amiga y la escucho. ..
Escuchar a otros Te desconecta de tu autosabotaje y excesiva pensadera que te deja cansada y confundida…
Gracias Marina por compartir tus experiencias y sabios consejos…