Ojalá una pudiera aprender sus lecciones una sola vez. Sería todo mucho más sencillo. En lugar de eso, tenemos esta vida cíclica: otra vez septiembre, y los coleccionables, y apuntarse al gimnasio… y después enero, y dejar de fumar… y marzo, y la operación bikini… y julio, y este año sí que aprovecho el verano para leer más y me levanto temprano, que luego se me va el día… y otra vez septiembre. Y cada una de las veces nos prometemos que esta vez será distinto. Introducimos cambios, implementamos soluciones y se nos aparecen piedras inesperadas con las que tropezar.
Comienzo de esta forma tan profunda para explicar que yo no pensaba que volvería a atravesar un periodo de pereza tan prolongado como el que estoy intentando dejar atrás. Pensaba que sabía mucho sobre motivación, implementación y control conductual. Por el amor de Dios: Soy Psicóloga. Sin embargo, aquí estoy: enfrentándome al trabajo atrasado y a la pereza posvacacional, y procrastinando como si no hubiera un mañana.
Septiembre es un mes emocionante. Es como los lunes: toca mucho los huevos, pero está lleno de posibilidades. Como me ha dicho hoy Anxo: ¿cuál es la diferencia entre un montón de mierda y un montón de estiércol? Así que podemos continuar llorando por la pérdida de nuestra libertad, y buscar en las revistas técnicas para que no se nos caiga el moreno, o podemos recoger toda esta energía incómoda y dispersa que recorre las calles y utilizarla para hacer algo útil. Finjo que hablo para todos, cuando en realidad hablo para mí. Este es un post 100% egoísta que quiere decir: Marina, ponte las pilas y vuelve a escribir.
¿Qué hacemos, entonces, con septiembre? Es obvio que no hay soluciones simples para cuestiones complejas, como el perezón humano, y también es obvio que yo no tengo la respuesta sobre cómo tú, jipi, puedes realizarte en la vida. He propuesto diversas formas de poner en marcha el cambio: a través de hábitos, pequeños pasos, grandes decisiones y renuncia. Lo que vas a leer, por tanto, es quizá un poco más de lo mismo, sólo que de diferente forma: una microselección de acciones importantes, un canapé de implementación. Quizá te sirva, quizá no; es cuestión de ir probando.
Ahí van, sin más dilación, los tres pasos para un septiembre motivante:
1. Escoge un proyecto que te importe. Un proyecto que te importe no es apuntarte a Pilates. Está bien apuntarte a Pilates si es lo que realmente, realmente quieres. Si lo que quieres es convertirte en mujer culturista, o escalar montañas, o aprender por fin a dar la voltereta lateral, ¿por qué no escoger ese proyecto? ¿Qué te hace preferir un segundo plato más “accesible”, como el socorrido “apuntarse al gimnasio”, así, en general? ¿Para qué quieres apuntarte al gimnasio? ¿Para qué quieres ir a clases de inglés?¿Qué es lo que de verdad quieres hacer? Tienes un tiempo limitado en la vida. Eres mortal. Vas a acabar convertido en polvo y cenizas. Así que, con ese tiempo limitado, con tus fuerzas, tus recursos y tus circunstancias, ¿¿QUÉ ES LO QUE DE VERDAD QUIERES HACER??
Piénsalo bien. Lo digo en serio.
2. Empieza a tratar lo importante como si fuera urgente. ¿Cómo te comportas cuando tienes algo urgente, realmente urgente? Renovar el pasaporte antes de un viaje, desatascar la cañería del fregadero, entregar un trabajo de último momento. Yo te lo diré: haces lo que haya que hacer, vas a donde tengas que ir, priorizas, renuncias, lo comunicas a la gente que te rodea, te resignas. Aceptas con los brazos abiertos tu realidad inmediata: no te planteas si estarías mejor en otro sitio u otro lugar, si hay un interesante vídeo que te estás perdiendo o un libro que deberías estar leyendo.
Ahora mismo, por ejemplo, estoy sentada en la mesa del salón, observando de reojo cómo Pablo sigue un meeting online, y se me ocurren por lo menos diez tareas útiles que podría hacer antes de escribir. Poner una lavadora. Dejar comida hecha para mañana. Organizar las cajas de la mudanza. Salir a comprar fruta. Depilarme. Contestar los aproximadamente cincuenta mails que tengo pendientes (si eres uno de los cincuenta pacientes jipis que esperan respuesta, por favor: aguanta un pelín más). Limpiar el baño. Estudiar. Meter los pies de gato en agua caliente, para ver si se ablandan. Aprenderme los requerimientos nutricionales de un vegano para que Pablo no se demencie.
No obstante, aquí estoy: escribiendo. Porque si hiciera todo lo anterior (y todo es útil, y todo apremia moderadamente) lo siguiente que haría sería meterme en la cama sin escribir una palabra. Así que estoy tratando la escritura como si fuera lo más importante que puedo hacer hoy. Y, ¿sabes qué? Lo es.
En The true secret of writing, Natalie Goldberg cuenta la historia de una de sus alumnas, Gwen, que tras recibir un pronóstico terminal de cáncer, dedicó sus últimos meses a escribir con furia. “Si hay algo que realmente quieres hacer – dice Gwen al final del capítulo -, hazlo ahora, no esperes. Yo pensé que reservaría la escritura real para mi jubilación. Cuando escuché mi diagnóstico terminal, me di cuenta en ese instante de que todo lo que realmente había querido siempre era escribir”.
Yo no quiero tener que esperar estar moribunda para darme cuenta. ¿Y tú?
3. Shipea. La expresión viene del verbo intraducible “to ship”, y de la famosa frase de Steve Jobs: “Real artists ship”. Los artistas verdaderos shipean. Esto quiere decir que elabores cosas, les des forma y las lances al mundo aunque no sean perfectas. En el caso de tus grandes proyectos, no te quedes en abstracciones. Produce algo. Si tu proyecto es dibujar, ábrete un tumblr, escanea tus dibujos y cuélgalos. Si quieres cocinar, escribe un libro de recetas. Si quieres escalar, propón un plan de entrenamiento y busca una vía bonita que te sirva como proyecto. Si quieres abrir un negocio, busca el producto mínimo viable que puedes desarrollar para comprobar si funciona. Y shipea.
¿Por qué todo lo anterior? ¿Por qué no basta con ir tirando, más o menos, y conformarse con la vida que uno tiene? Pues porque lo anterior da lo más parecido que conozco a esa felicidad que todo el mundo busca. Porque no hay nada como tener proyectos absorbentes y visibles, que te den la oportunidad de estar plenamente presente en algo.
Piensa en la gente que tiene hijos. Habla de las satisfacciones que les da, y estoy convencida de que no sólo tiene que ver con el chute hormonal y los «te quiero» espontáneos. Los hijos son una pasión compleja y demandante con la que uno se compromete cien por cien. Además, en un universo de dudas, la maternidad/paternidad te da una certeza: TIENES que ocuparte de esa cosita gritona, y tienes que hacerlo YA. Y recibes algo a cambio. Recibes la gratificación de shipear constantemente: cambios que puedes observar todos los días y la sensación de ser importante, de tener un propósito. ¡Ojo! Psicosupervivencia no apoya la paternidad impulsiva y loca. De hecho, por aquí estamos más a favor de una natalidad responsable y respetuosa con el planeta. Así que saquemos esa pasión y esa capacidad de foco, renuncia y entrega que todos tenemos dentro y apliquémosla a lo que verdaderamente nos importa.
Porque sólo tenemos una vida.
Y porque es díver.
¡¡Feliz septiembre, jipis!!
¿Cuál va a ser tu proyecto? ¿Por qué te importa? ¿Cómo lo vas a hacer urgente y presente en tu día a día? Compártelo en los comentarios.
[La imagen, obviamente, pertenece a Joaquín Lavado, Quino, que es mi ídolo. Por favor, señor Lavado, no me denuncie y/o demande, que está la cosa muy mala :(]
Yo ya estoy shipeando hace un mes más-menos. Shipeo que flipas, empezando por tomar el control de mi propio cuerpo, que comer sano y hacer deporte puede parecer frívolo según como se plantee pero en realidad es básico, porque no tenemos más cuerpos a los que recurrir si este se estropea. Casi mágicamente, al empezar con esto de cuidarme, lo demás ha ido fluyendo más fácilmente, como si conseguir correr 3kms cada día estuviese relacionado con mis habilidades para ponerme por fin en marcha a vender mi idea de empresa puerta a puerta, o comer menos grasas fomentase mi creatividad a la hora de pintar con acuarela. 🙂
Me encantas, me tocas, me llegas. Gracias
Hola Marina. Te he descubierto recientemente, gracias al post de Jon Valdivia sobre implementación. Me parece que escribes fenomenal y también con mucho sentido del humor. Nada más leer tu Guía decidí que me convertiría en una jipi más de tu blog y aquí estoy deseando leer tus posts. Espero que cojas el ritmo pronto. ¡Feliz Septiembre para ti también!.
Yo he optado por no ponerme ya más propósitos de curso/año nuevo, porque no los acabo cumpliendo (ni empezando jajaja). Por inercia diría que ponerme en serio con el inglés y hacer deporte… Pero eso de la inercia ya no va conmigo. Así que fuera propósitos chungos.
Tengo que buscar la manera de hacer mi mente no lo tome como propósitos. Por ejemplo, me funciona decir: «hoy arreglas el armario». Y lo arreglo. Pero claro, eso es inmediatez. Pero marcarte hacer deporte o ponerte en serio con el inglés es otra cosa… No basta con «hoy veo un capítulo de serie en inglés» (que suelo hacerlo de vez en cuando) o «hay salgo a correr» (que no lo hago nunca).
Con un propósito no me funciona como con lo del armario o ver la serie en inglés un día suelto. Y no creo que sea por pereza. O sí, ya no sé. En definitiva, que no me gustan los propósitos.
Lo que sí creo que voy a intentar trabajar más es lo de abrirme a la gente. Seguiremos informando.
¡Feliz viernes y feliz septiembre! Un mes que a mí me ha gustado siempre.
Hola R.
Me parece que a lo mejor estas teniendo una actitud demasiado demandante y te esta autosaboteando; arrancar con una larga lista de TODOs te va a hacer sentir que no podes hacer ninguna de ellas y una vez que ignoraste dos o tres ignorar la cuarta es mucho más fácil porque ya tenes la estructura mental de como ignorar tus propias imposiciones.
Si te encontrás con que hacer las cosas que te planteas demanda demasiada disciplina, considera si *realmente* las querés hacer. A lo mejor no queres aprender inglés, a lo mejor no queres salir a correr. A lo mejor el hecho de que te marques todos esos propósitos están poniéndose en el camino de que encuentres los propósitos que si te gustaría perseguir.
Un comentario (si pudiese lo pondría al margen, como no puedo, lo digo:) al margen. Por ejemplo, mencionás que te gustaría salir a correr pero te da pereza, y es que correr, por lo menos al principio, puede resultar aburrido.
Algo que podrías probar es en lugar de pensar «voy a salir a correr» es pensar en un lugar al que quieras llegar desde tu casa. La sensación de ir a un parque o un lago y darle vueltas es SUMAMENTE aburrida, pero la idea de ir de punto A a punto B es muy divertida, y si punto B está a 10k de tu casa y ves que no vas a llegar (y mucho menos volver) podes caminar hasta punto B. Corré lo que puedas, lo que no caminás, lo que no te tomás un autobus o haces dedo.
Para mi tomarme running de esta manera me llevó de parecerme aburrido y odiarlo (hacerlo sólo para cumplir con Las Cosas Que Hay Que Hacer™) a que me motive cada vez más y acabe siendo algo que extraño cuando no lo hago!
Probalo, busca un punto que quede relativamente cerca de tu casa, y anda hacia ese punto!
¡Gracias por este post! Hace tiempo decidí hacerme con el libro «18 minutes…» de Peter Bregman (gracias por tu recomendación también), es realmente útil. He parado justo en el capitúlo 20 «What is this year about?», donde habla sobre los propósitos anuales. Estoy escogiendo los míos y, antes de decidirme firmemente y anotarlos en un cartel bien visible, me atrevería a decir que son:
Abrirme al mundo.
Familia. Quiero disfrutar más con ellos.
Deporte y alimentación para cuidar mi salud.
En realidad cada punto contiene algún objetivo más concreto como buscar pareja o planificar un viaje al extranjero. Pero lo importante es que con esto en mente sabré que cada minuto dedicado a cualquiera de ellos contribuirá a mi felicidad. Porque se que lo necesito y me sentiré realizado a medida que vaya disfrutando de cada uno.
En realidad ya hace algunos meses que empecé a trabajar en esto y no creo que pueda abandonar porque como dice Marina «resuena conmigo». Os aseguro que, aunque en esta tarde me mandaba al carajo por diversas cuestiones, mís días están llenos de motivación e ilusión. Y de vértigo y estrés «positivo» por saber que empleo mi tiempo y esfuerzo en la dirección adecuada.
Saludos
Muchas gracias Pablo. Cuando comentaba que quería algo que me llevara a correr sin planteármelo como propósito buscaba algo así. Lo probaré, me parece muy buena idea. Cortoplacismo lo llamo yo, pero es lo único que a mí me funciona para motivarme (el largo o medio plazo no lo consigue).
Yo mi propósitos de año nuevo los empiezo en Septiembre, supongo porque hasta ahora ha supuesto un nuevo curso y eso siempre me ha parecido más motivador! hasta hace un tiempo los tenía claro pero ahora la verdad es que me esta costando encontrar algo que me motive lo suficiente para implicarme, mi proyecto inmediato sería más bien la búsqueda de proyectos que me llenen, para eso tendré que vencer la procastinación también, que es fuerte la muy puñetera
Feliz Septiembre!
Pues la verdad es que mi meta es seguir como lo estoy haciendo, tengo una par de hábitos nuevos y además comencé mi blog(gracias por animarme a hacerlo!)asi que en Septiembre que todo siga fluyendo como hasta ahora y a disfrutar del fresquito, que lo echaba ya de menos!XD
Me alegra muchisimo volver a leerte!
Chu!!
Jajajaja … Antes que psicologa eres persona… ademas tenemos una tendencia especial a creer saber que es lo mejor para los demas siendo incapaces en muchas ocasiones de aplicarnoslo nosotros mismos ;))
El problema de contestar a la pregunta de ¿que quieres de verdad hacer? es que a menudo no coincide con lo que es mejor para nosotros y nos va a llevar a cumplir unos objetivos, y a veces esta biwn dejarte llevar e incluso no hacer nada pero puede ser muy frustrante a largo plazo…
Yo este verano me habia propuesto dos cosas y una la he conseguido y otra a medias…A medias
Estoy con el movil y se me va….
A medias he dejado el arreglo del despacho pero estoy contenta porque siento que he avanzado en otros propositos importantes para mi…Me he estado levantando las tres ultimas semanas de agosto a las siete de la mañana para irme a andar….eso me ha creado un habito de salud importante y …ahora que ya estoy trabajando aunque no salgo a andar hago eliptica y recostada en mi casa y esta vez no voy a cometer el mismo error que cometi con la meditacion porque se que si lo dejo se me haria un mundo volver. por eso el otro dia antes de irme tres dias de reunion a Madrid llame al hotel para ver si tenian gimnasio y como no tenian, averigue el mas cercano que tenian descuesto por estar en el hotel, y me fui a ver a cuanta distancia estaba para ir al dia siguiente y calcular bien el tiempo….Esto le parecera una chorrada al que haga gimnasia habitualmente pero para mi es todo un logro….
¿Y tu que has hecho ademas de no escribir? ;))
Gracias por tu regalito veraniego de news letters atrasadas, es un placer seguir leyendote
Un beso
Silvia
Yo también estoy inmersa en un bucle insólito de pereza. Tanto… que leí esto el viernes y comento hoy, ¡y porque me estoy obligando! 🙂 Estoy aplicando el punto 2 últimamente, que yo soy mucho de procrastinar compulsivamente y acumular cantidades monstruosas de trabajo/lo que sea y luego agobiarme. De momento parece que me va bien, y también elimina la ‘ansiedad’ por tener cosas pendientes para algún momento.
Un besote y me alegro de que estés de vuelta!
Yo ando buscando una motivación seria para hacer deporte.
Me di cuenta de que este año he decidido ponerme en serio a sacar todo el euskera (ya tengo una parte), pero no por el estudiar y conocer el idioma en sí. Ése no es el objetivo. Lo tuve hace tiempo y me funcionó bastante bien, hasta que se agotó y lo dejé. Me he dado cuenta de que vuelvo, pero con otro objetivo: quedé en buena posición en una bolsa de profesores y observé que para quedar aún más arriba, tenía que terminar de cubrir el euskera. Así que puedo decir que mi reto serio y para no abandonar (ahora que tengo más tiempo libre), es aprender euskera como para ser capaz de dar clases en este idioma. Un pequeño reto personal para ver si con mis dificultades (la sordera) podría asumir el desafío 😀
Digo al principio lo del deporte, porque me he dado cuenta de que me hace falta un tipo de objetivo así. Algo concreto que se materialice en un tiempo de trabajo X. Y no se me ocurre el qué. Podría hacer una carrera que siempre he querido hacer… pero creo que voy tarde para prepararla y además mi única experiencia previa con otra carrera fue bastante sufrida… Nadar… lo he planteado como algo puramente físico para mantenerme en movimiento si no corro, pero… no me convence.
Aprender algo? La escalada me atrae desde la barrera, pero no veo más que obstáculos y dificultades para siquiera tener una toma de contacto… además, no sé si me gustaría…
Por último, otra cosa que sí le he hecho hueco y estoy bastante feliz es con el dibujo. Intento implementar lo del dibujo al día, no siempre puedo pero es muchísimo más a menudo que antes (que tampoco era muy poco tiempo). Estoy realmente contenta, y lo consideraría mi forma de shipear y de mantenerme aprendiendo diferentes técnicas, diferentes retos. También tengo otra cosa en mente más grande con respecto al dibujo, pero mientras… shipeo, y soy muy feliz de que ocupe un lugar en mi tiempo.
Pero, nuevamente, mi problema es que me gustaría mantener en movimiento mi cuerpo físico, y no sé cómo motivarlo. Llevo tiempillo dándole vueltas 😀
Pues a mí me ocurre lo contrario,despues de un verano estresante,teniendo que salir por que:¿no te vas a quedar en casa?¿No?,playa,piscina,compromisos,visitas al pueblo ect.,llega Septiembre y con el la vuelta a la rutina, y la verdad se agradece,por lo que precisamente ese mes procuro no hacer ningun plan.Ademas Octubre está a la vuelta de la esquina.
Bueno no, Marina, muuuy bueno. No conocía tu blog y he entrado a leer este artículo tuyo, será el primero de una larga serie que lea.
Me ha encantado como describías los tres factores que proponías para un septiembre motivante y pleno. Al final, en este periodo que coincido contigo en que es bonito, lleno de nuevos planes y de nuevas oportunidades. En nuestra mano está el aprovecharlo y tener un periodo de vuelta al cole satisfactorio.
Como es la primera vez que entro por aquí, te diré que también soy psicólogo, psicoterapeuta y que yo mismo tengo un blog, me haría ilusión que pegaras un vistazo y participaras si te apetece: http://www.antonimartinezpsicologo.com/blog Me centro, aunque no exclusivamente, en la Psicología Positiva, una parte de psicología general que me entusiasma.
Lo dicho, te felicito por tus escritos… ¡nos seguiremos viendo por aquí!
Mi problema es que no sé qué quiero hacer realmente. Picoteo de varias cosas pero no tengo «esa cosa» ¿sabes?. Y en parte me da pena. Es decir, no dejo que esto detenga mi vida, valoro cada minuto aunque sea dando un simple paseo con mi madre, pero siento que me falta ese algo que me apasione… y me da miedo no encontrarlo nunca.